Pablo López ofreció dos conciertos en el Auditorio Mar de Vigo repletos de sorpresas y emoción con un repaso por toda su discografía
Pablo López regresó a Vigo tras coronarse en Castrelos el verano pasado. El artista malagueño hizo doble parada en la ciudad con la gira con la que celebra este 2024 sus 10 años de carrera musical. Dos conciertos llenos que supusieron para el público toda una experiencia, una montaña rusa de emociones de unas dos horas de duración.
Sorpresas desde el principio
Entre aplausos y casi con el Auditorio Mar de Vigo prácticamente a oscuras, Pablo López irrumpía en el escenario y se sentaba al teclado para dar inicio al concierto del viernes 15 de marzo, su segunda cita en la ciudad.
Ella fue la primera en sonar, canción incluida en su primer álbum Once historias y un piano (2013). Comenzó él solo al teclado y después entró la banda. Un inicio íntimo al teclado con el que sorprendió al público.
La emoción continuó con ImaginaTú, con Pablo López ya al piano, y siguió con El niño, canción en la que el público se empezó a implicar en el espectáculo con palmas y cantando con timidez el estribillo.
El malagueño se levantó del piano para dirigirse a los asistentes por primera vez en la noche y darles la bienvenida. Emocionado, agradecía al público su presencia y adelantaba lo que iba a suceder durante el conciertos con su característico toque de humor.
«He visto hasta rayos de sol y todo. He dicho: ‘hoy Vigo nos sonríe’«, señalaba. Y es que la ciudad recibió el jueves a Pablo López con lluvia y lo despidió el viernes con un sol radiante.
Euforia desatada
Tenía ya al público en el bolsillo y consiguió desprenderles de las butacas con Suplicando, que puso a gran parte de los asistentes a dar saltos. Pablo López aprovechó el momento para llamar a su madre Lola y compartir la euforia que se desató en el Auditorio Mar de Vigo.
Más temprano de lo esperado sonó El patio, una de las canciones más conocidas del malagueño. El público demostró conocerla bien y se dejó la voz cantando. Al final Pablo López repitió él solo al piano el estribillo y dio protagonismo a los asistentes dejándoles cantar solos.
Algo similar ocurrió con Tu enemigo y El mundo, a la que dio paso tras interpretar unos versos de Réquiem de Silvio Rodríguez. Ambas empezaron con el malagueño al piano y después entró la banda. Los asistentes, la mayoría de pie, acompañaron con palmas y cantaron, incluso a capela.
El público se quedó de pie para disfrutar de El abrazo más grande de todos los tiempos dando palmas al ritmo de la canción y haciendo los coros. Aunque después se sentaron, Quasi no tardó en levantarles de nuevo.
Muy cómplice con los asistentes, Pablo López empezó él solo al piano pidiendo que cantaran si conocían la canción, dándoles protagonismo. «Si tú la quieres cantar conmigo es que estás en el ajo. estás igual de mal que yo«, bromeaba.
Del piano a la guitarra
Pablo López tenía varias sorpresas preparadas y una de las que más llamó la atención fue verle a la guitarra. Cerca del público y rodeado por su banda cambió el piano por la guitarra para interpretar MámaNo y Te espero aquí, que acabó ya en el piano y con la banda volviendo a su sitio.
La parte más íntima y emotiva
De cara al final de la cita se enlazaron las canciones que más emocionaron al público. En Abril sin anestesia el público se encargó de cantar solo el estribillo ante la mirada de orgullo y emoción del malagueño.
Casi sin esperarlo empezó a sonar El gato, que comenzó solo a piano y voz y después se sumó la banda. Pablo López acabó emocionado por el calor de público y el respeto.
Antes de abandonar el escenario y siguiendo con las canciones emotivas interpretó La niña linterna ante un Auditorio Mar de Vigo iluminado con las linternas de los móviles de los asistentes. Un final íntimo con el malagueño al piano y los asistentes cantando. Tras ello dejó al público solo, pidiendo su regreso con A Rianxeira. Con esta tradicional canción gallega consiguieron que Pablo López reapareciera.
El éxtasis final
Pablo López volvió al escenario y se sentó al piano para despedir su segunda noche en Vigo. Compartió confidencias con el público y regaló un momento muy emotivo e íntimo. Tan solo él, un piano y Lo saben mis zapatos.
Dejó a los asistentes cantar solos mientras apartaba los micrófonos para terminar el tema a capela. Un momento que respetó el público con un silencio sepulcral que se rompió con los aplausos al acabar la canción. El malagueño logró poner a todo el Auditorio Mar de Vigo a sus pies.
Después del emotivo momento llegaba el turno de cerrar el concierto con una gran fiesta. Pablo López interpretó unos versos de I wanna dance with somebody de Whitney Houston para dar entrada a la banda y finalizar el concierto con Mira cómo bailan, su último lanzamiento. Los asistentes acabaron saltando, bailando y dando palmas.
El éxtasis final culminó con la firma de una de las cajas colocadas en el escenario. Todas ellas se van llenando con los nombres de las ciudades por las que pasa la gira. Vigo dejó huella por partida doble tras dos exitosas noches.
