El próximo domingo 29 de mayo se celebrarán las elecciones nacionales en Colombia y, según las encuestas, el candidato de la coalición Pacto Histórico, Gustavo Petro, es el favorito de los ciudadanos. Si Petro se impusiera en los comicios, se convertiría en el primer presidente de izquierdas del país. Analizamos las claves de su candidatura y los motivos del ascenso de las tendencias izquierdistas en América Latina.
Un político «guerrillero»
Gustavo Pietro (Ciénaga de Oro, Córdoba, 1960) es un político colombiano, fundador del movimiento Colombia Humana en el año 2011 y que posteriormente se constituyó como partido político. De ideología progresista, algunas de las medidas propuestas en su campaña incluyen la búsqueda de un desarrollo sostenible mediante el ecologismo, la descentralización del país, la distribución de la propiedad y la reforma agraria con el aumento de los impuestos a las tierras improductivas.
Estas siguen siendo las bases de su candidatura a presidente de la nación como representante del Pacto Histórico, una coalición formada expresamente para estas elecciones. El pacto está integrado por 18 partidos socialdemócratas, entre los que se incluyen Colombia Humana, Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano.
Pietro ha elegido como vicepresidenta a Francia Márquez, miembro del movimiento Soy porque Somos. Con esta acción se enfatiza la importancia del feminismo y el ecologismo en la propuesta política de la coalición. Márquez destaca como activista por los derechos de las mujeres y las comunidades indígenas, además de por oponerse a la minería extensiva y a cualquier actividad económica perjudicial para los espacios naturales y las comunidades que habitan en ellos.
Esta no es la primera vez que Pietro opta a la presidencia: ya lo hizo en dos ocasiones anteriores, en las elecciones de 2010 y 2018. Su principal rival, el candidato del Centro Democrático Iván Duque, fue quien se impuso en las urnas y al que se enfrentará en los próximos comicios.
Pietro ha recibido numerosas críticas a lo largo de su carrera política, llegando a denunciar numerosas amenazas a su vida y a la de sus familiares. Los principales motivos de controversia que ha utilizado la oposición son unas grabaciones en las que se muestra al político recibiendo dinero por parte de un exfuncionario durante su etapa de alcalde de Bogotá, y la referencia a su pasado en el Movimiento 19 de abril, una guerrilla popular que nació después de conocerse el fraude electoral de 1970 y que protagonizó asaltos y acciones armadas hasta su desmovilización y escisión en movimientos democráticos como Colombia Humana.
Latinoamérica y el giro hacia la izquierda
La predicha victoria que las encuestas pre-electorales otorgan al Pacto Histórico encaja dentro del contexto político que se lleva viviendo en las últimas décadas en América Latina. Son 11 los países latinoamericanos que cuentan con un gobierno de izquierdas en la actualidad: Costa Rica, México, Panamá, Argentina, Bolivia, Chile, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Perú y Honduras.
El ascenso de la izquierda en la región es una consecuencia de la continuación de la inestabilidad, el desempleo y el empobrecimiento de la población a raíz de la crisis económica de 2008. Una gestión insatisfactoria de esta situación exacerbó la desconfianza y el desapego a los partidos del gobierno, de ideología conservadora, a los que también se acusaba de corrupción.
Por si fuera poco, el impacto de la nueva crisis del COVID-19 evidenció las enormes desigualdades sociales y las carencias de los sistemas asistenciales debido a los recortes y las privatizaciones. La crispación social se manifestó en numerosas protestas, algunas multitudinarias como las de Ecuador y Chile a partir de 2019, y posteriormente en las urnas, optando por nuevas propuestas que prometen una transformación social.
Tradición o cambio
Sin embargo, el clima político colombiano presenta ciertas particularidades con respecto al de sus vecinos. Colombia, a diferencia de otros lugares como Argentina, Chile o Bolivia, nunca ha tenido un presidente de origen popular. Los gobiernos más progresistas seguían estando vinculados a los partidos tradicionales o establishment.
El electorado colombiano se ha caracterizado en los últimos dos siglos por ser tradicionalmente conservador debido a la fuerte influencia de la Iglesia, a la falta de migración en comparación con otras regiones y al orgullo por poseer una de las economías más estables de su alrededor. No obstante, un porcentaje elevado de la población lleva optando por la abstención electoral durante años, y su participación en los próximos comicios podría modificar esta tendencia.
Ante la imposibilidad de que Iván Duque pueda ser reelegido, ya que la Constitución especifica que ningún presidente puede optar a un segundo mandato, los colombianos se preparan para unas elecciones decisivas que marcarán el rumbo del país: un futuro de continuidad tradicional e histórica o de cambio, de la mano de Gustavo Petro.
