48 horas más tarde de las elecciones en Castilla y León, donde el PP no consiguió el resultado esperado, estallaba una nueva batalla en la guerra interna de Génova 13. Entrada ya la noche salía a la luz que desde la cúpula de Casado habían pagado a detectives para investigar a Ayuso y el contrato que hizo a su hermano.
Por la mañana, la ruptura en el partido ya era más que obvia. La jornada ha empezado con una carrera por posicionarse como los buenos de la película. Algo que Ayuso ya había conseguido, pues ha logrado ser la víctima de su propia trama de corrupción, haciendo así que la opinión pública olvide el origen de este capítulo.
Rozando el mediodía comenzaban las declaraciones. La primera ha sido la presidenta madrileña. Pelo recogido, colores de luto y una cara de circunstancias dejando ver el dolor que le provoca esta traición por parte de su partido. El mensaje de la traición lo ha dejado bien claro durante su comparecencia. Ayuso ha apelado a su fidelidad al partido, al que se ha referido también como “familia”.
Un par de horas más tarde salía Teodoro García Egea a hablar. Desde la cúpula de Casado anunciaban la apertura de un expediente informativo a Ayuso. El tono del Secretario General del partido dejaba ver que llevaban tiempo esperando la oportunidad de meterse con la presidenta madrileña.
Un contrato que trae cola
No hay que perder de vista que hace unos meses, una diputada del PSOE fue expulsada del pleno de la Asamblea de la Comunidad de Madrid por preguntar a la presidenta por ese mismo contrato.
Y este contrato ha venido de perlas a un Casado que teme que Ayuso pueda quitarle la silla. Amparándose en la nueva etapa del partido, alejada de la corrupción, comienza una investigación contra su líder autonómica más carismática, la que arrasó en Madrid convertida en un auténtico icono pop.
De momento hay que esperar a ver quién tiene la última palabra en esta batalla, aunque a juzgar cómo Ayuso ha sido capaz de darle la vuelta a la situación y convertirse en el centro de atención con un mensaje de víctima y de traición por su propio partido, parece que quien va a salir más fuerte de este capítulo es la presidenta madrileña.