Si hay un término que está presente en la campaña electoral para las legislativas del próximo 30 de enero es el del Bloque Central. Ningún partido parece estar muy a favor de esta idea ya que apuestan por centrar sus esfuerzos en hacerse con la mayoría en la Assembleia, como es lógico. Sin embargo, según lo que muestran los primeros sondeos y dada la evolución del parlamento en los últimos años, es previsible que sea necesario pactar para formar gobierno. Hecho que tampoco entraña una novedad significativa, después de que el recién disuelto pacto de gobierno fuese bautizado como ‘milagro portugués’ al cosechar sus primeros éxitos en el campo económico.
El acuerdo responsable de este milagro portugués fue apodado por el periodismo político del país luso como geringonça, que hace referencia a la alianza de las izquierdas. Su traducción literal sería artilugio, aparato o artefacto, aunque algún diccionario portugués recoge la acepción de ‘cosa o construcción improvisada o con poca fuerza’. Este pacto no suponía una coalición de gobierno al efecto, sino que Antonio Costa contaba con los apoyos del Bloco de Esquerda y de la coalición formada por el Partido Comunista y Los Vedes, la Coligação Democrática Unitária (CDU). La magia se rompió cuando estos partidos, cansados de que el ejecutivo socialista pasase por alto los compromisos pactados en materia de sanidad, trabajo y pensiones, dijeron ‘no’ en la votación de los presupuestos.
Posibles pactos poselectorales
Los desencuentros a la izquierda han llevado a imaginar un posible pacto en el centro y a la derecha, donde entra en juego el Bloque Central o Großen Koalition en terminología alemana. Este estaría formado por el Partido Socialista de Costa y el Partido Socialdemócrata de Rio (PSD), quienes podrían reeditar la coalición de gobierno de 1983. En los ochenta, los desencuentros políticos entre ambas formaciones también llevaron a la ruptura del ejecutivo dos años después, en 1985 después de que Cavaco Silva tomase el liderazgo del PSD. Por el momento, los líderes de ambos partidos descartan esta coalición, mientras los socialdemócratas recortan distancias con los socialistas en cada nueva encuesta. Aunque Rio sí se mostró abierto en alguna ocasión a facilitar un gobierno del Partido Socialista, en la batalla contra su opositor Paulo Rangel en las primarias de su partido.
A la derecha, también se barajó la posibilidad de que PSD y CDS-PP de Rodrigues dos Santos se presentasen de manera conjunta. No obstante, la idea fue rápidamente descartada y no se espera que este segundo partido vaya a tener relevancia en la formación de gobierno, dado que las últimas encuestas apenas le dan un 1% de intención de voto. Los pronósticos son más favorables para Iniciativa Liberal de Cotrim de Figueiredo (IL), que pasa de tener un solo escaño en el parlamento a igualar a la CDU en intención de voto, haciéndose con un 5,9%. Si el PSD aumentase sus apoyos e IL superase a la CDU, podría abrirse una nueva oportunidad de gobierno a la derecha del PS.

Infografía de Noelia Casado.
A más de un mes de la cita en las urnas, es difícil determinar cuál va a ser la fórmula de gobierno resultante de estos comicios, en una campaña marcada por los estragos de la variante Ómicron. Lo que si parece confirmarse es que la era de las mayorías absolutas, al igual que en España, parece haber quedado atrás y los pactos se hacen necesarios para ocupar el Palacio de São Bento.
