La Unión Europea (UE) ha emitido un fuerte llamado a Israel para que levante el bloqueo de alimentos, agua y electricidad que afecta a la población civil de Gaza. Esta solicitud se produjo durante una reunión de emergencia de los 27 ministros de Asuntos Exteriores de la UE, en el contexto de la cruenta guerra que se desarrolla entre Israel y Gaza desde hace cuatro días. Cabe destacar que tanto los representantes israelíes como los palestinos, aunque invitados a participar, optaron por no asistir.
El diplomático español Josep Borrell, en una declaración que marca un punto de inflexión en la postura europea, condenó con firmeza los ataques terroristas dirigidos contra civiles. Además, hizo un llamado a la liberación de rehenes y al respeto del Derecho Internacional, destacando que esto implica la eliminación del bloqueo de alimentos y electricidad en Gaza.
Borrell enfatizó que existe un amplio consenso dentro de la UE, a excepción de dos o tres países, en continuar la cooperación con la Autoridad Palestina. Asimismo, instó a distinguir a esta entidad de la organización terrorista Hamás y a aumentar la asistencia humanitaria. Esto se produce tras la confusión que surgió en la Comisión Europea en las últimas horas.
El jefe de la diplomacia europea, quien ha presenciado cuatro guerras en la Franja a lo largo de su vida, exigió la apertura de corredores humanitarios con el propósito de facilitar la evacuación de la población para escapar de los bombardeos. Además, por primera vez, señaló las violaciones cometidas por Tel Aviv, afirmando que Israel tiene derecho a defenderse, pero que debe hacerlo de acuerdo con el Derecho Internacional, y que algunas de las decisiones tomadas hasta ahora van en contra de este marco legal.
Este cambio de tono representa un distanciamiento de la neutralidad que prevalecía en la UE hasta el momento. Anteriormente, el bloque comunitario no había aclarado si el bloqueo total a Gaza, el territorio con la mayor densidad de población en el planeta, y los bombardeos indiscriminados constituían violaciones de los tratados internacionales, que protegen a los civiles y prohíben los castigos colectivos.
Las declaraciones de Borrell se realizaron desde Muscat, donde participaba en una reunión con los países del Consejo de Cooperación del Golfo, un evento que ya estaba programado con anterioridad, pero que resultó ser oportuno para abordar la tensa situación en la región, con el riesgo de una escalada regional latente. Algunos de los países del Golfo, en particular Catar, ejercen una influencia considerable en términos financieros y políticos sobre Hamás.
Fue en una declaración conjunta con estos países del Golfo donde la UE expresó, por primera vez, su condena a los ataques contra civiles por parte de «todas» las partes involucradas. Hasta ese momento, los mensajes se habían centrado en respaldar el derecho de Israel a defenderse y en denunciar los crímenes perpetrados por Hamás, una organización catalogada como terrorista por la UE.
Este cambio de postura ha generado molestias entre los israelíes, y se ha informado que el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Eli Cohen, declinó la invitación a la reunión debido a su insatisfacción con lo que percibió como un desequilibrio por parte de los europeos en su enfoque.
