El Festival TerraCeo de Vigo finalizó a cubierto con las actuaciones de M Clan y Alejo Stivel, que ejerció de telonero.
Tras todo un verano lleno de espectáculos, el Festival TerraCeo ha llegado a su fin. Alejo Stivel y M Clan se han encargado de cerrar el ciclo de conciertos, aunque no era lo previsto. La despedida tuvo sabor agridulce, ya que el escenario se instaló en el interior del Auditorio Mar de Vigo para evitar que la lluvia volviese a generar el caos de la anterior vez.
Ni rastro del atardecer sobre la Ría de Vigo con las Islas Cíes de fondo que tanto caracterizaba al festival. Además, el Gran concierto final, programado para el 19 de septiembre, en el que iban a participar varios artistas tuvo que suspenderse por la lluvia. Aún así, los asistentes disfrutaron de la música de Alejo Stivel y M Clan. Ambos regresaron al festival y pudieron vivir la experiencia de actuar en un marco incomparable.
Alejo Stivel
Alejo Stivel fue el primero en subirse al escenario para animar al público ejerciendo de telonero. En esta ocasión solo le acompañó Julián Kanevsky. Confesó que era la primera vez que actuaban los dos solos y bromeó con el hecho de que faltara la banda, reconociendo al mismo tiempo el virtuosismo de su compañero. “A la guitarra Julián Kanevsky, en los bajos Julián Kanevsky, en los coros Julián Kanevsky, en la batería Julián Kanevsky, en los teclados Julián Kanevsky. Realmente no podría hacer este show con ninguna otra persona, ni músico, ni ser humano, ni androide que no fuera Julián Kanevsky” gritaba entre los aplausos del público.
Desde el primer momento Alejo Stivel se sintió cómodo y se dirigió a los asistentes en varias ocasiones. “¿Hay algún meteorólogo aquí en la sala? Me gustaría tener unas palabritas. Podíamos estar arriba ahora con sol, con el mar detrás, los barcos… esa fantástica vista de esta maravillosa ciudad” señalaba lamentando no poder actuar en la terraza del Auditorio Mar de Vigo. “Lo estamos pasando terriblemente bien. Me encanta esta ciudad y me encanta también el alcalde de esta ciudad” añadía más tarde.
Alejo Stivel y Julián Kanevsky / Foto: Antía Lago
Interpretó temas de Tequila y sus últimas canciones como artista en solitario, pero también quiso recordar a Moris cantando Sábado a la noche. Además, se coló entre el repertorio el Cumpleaños feliz, pues la persona a la que está dedicada Rubia se encontraba entre el público y era su cumpleaños.
No faltó Salta, tema con el que Alejo Stivel finalizó su concierto. Debido a las medidas adoptadas, pidió a los asistentes que no se movieran de sus asientos y no enloquecieran. Incluso él mismo se puso de pie y rígido para dar ejemplo, bromeando en algunas ocasiones realizando pequeños saltos. Como sorpresa se bajó y cantó entre el público el final de la canción.
M Clan
Armados con varios instrumentos, Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez de M Clan regresaron al Festival TerraCeo. En seguida se percibió que el público fue uno más de la banda y se encargó de la percusión con sus palmas y de los coros con sus gritos. Tarque llegó a sorprenderse, dejando de tocar para contemplar con admiración a los asistentes siguiendo la canción al compás, gesto que agradeció constantemente.
Los 400 asistentes estaban distribuidos por todo el auditorio guardando la distancia de seguridad / Foto: Antía Lago
Con Ricardo Ruipérez siempre a la guitarra y Carlos Tarque alternando la pandereta con la armónica arrancó el concierto. Filosofía barata, Souvenir y Para no ver el final fueron las primeras en sonar. Tarque confesó que era un «verdadero placer» haber compartido escenario con Alejo Stivel. «Él fue el productor de nuestros discos más exitosos» apuntaba. Uno de esos álbumes, Usar y tirar (1999), incluye Llamando a la tierra, tema que interpretaron tras ese agradecimiento con Tarque golpeando el cajón.
Fueron varias las canciones que dedicaron. A su familia, Dando vueltas, un tema “que tiene que ver mucho con eso que hablamos siempre de no poder parar en casa”. En medio de Perdido en la ciudad recordaron sus inicios en Vigo y dedicaron a Fran Fernández, uno de los fundadores de La Iguana Club, la canción. «Hace muchos años cuando íbamos a tocar allí nos trataba bastante bien, cada vez peor, peor, peor… pero le seguimos queriendo ¡viva el blues y viva La Iguana!” bromeaba. Miedo quiso dedicársela “a todos los sanitarios y sanitarias, que son lo más importante«. «Hay muchas personas de servicios esenciales, pero son los que más han padecido y padecen esta pandemia de mierda que nos está asolando” señalaba.
Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez / Foto: Antía Lago
Tarque aprovechó para explicar el porqué de las movilizaciones del 17 de septiembre y la alerta roja del sector cultural. Está claro que el sector cultural está siendo uno de los más perjudicados en esta crisis. Los que más están sufriendo son aquellos que desempeñan cargos detrás del escenario, hecho que recalcó: «quiero que tengáis en cuenta eso, que nos tenemos que echar una mano entre todos«. También destacó la incertidumbre sobre el futuro. Todavía no se pueden realizar conciertos en salas y la situación permite eventos puntuales con aforo reducido.
Consciente de que son momentos duros para todos agradecía continuamente al público su asistencia y comprobaba si estaban disfrutando o no del concierto: “¿Os he dicho gracias por haber venido? Sí, pues lo reitero«.
Tras abandonar el escenario y volver de nuevo entre los gritos del público, se produjo un enfrentamiento entre dos canciones muy solicitadas. A un lado pedían Maggie despierta y al otro Carolina. Tarque intentó comprobar cuál preferían los asistentes y soltó un «Bailaches Carolina?» en alusión a la canción A saia da Carolina, haciendo creer que tocarían Carolina, pero la elegida fue Maggie despierta. Después llegó Quédate a dormir y se despidieron de nuevo, pero el público sabía que todavía no había llegado el fin. Regresaron para cerrar el concierto con Carolina y Concierto salvaje. Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez finalizaron en el borde del escenario, próximos a los asistentes. Aunque consiguieron poner al público en pie solicitaron a los que se estaban levantando que se sentaran, agradeciendo el cariño.
