ECC publica en formato integral la miniserie de Los Picapiedra, guionizada por Mark Russell y con Steve Pugh a los lápices.
En 2016, la editorial norteamericana DC inauguró una iniciativa titulada Hanna-Barbera Beyond, en la que recuperaban a los personajes clásicos del estudio de animación reinterpretados por algunos de los artistas de la editorial.
Uno de los títulos más sorprendentes que surgieron de esta iniciativa fue Los Picapiedra, escrito por Mark Russell y dibujado por Steve Pugh (autor, entre otros, de algunos números de series como Hellblazer, Preacher, Hitman o Blade), llegando a obtener una nominación a Mejor Serie Limitada en los premios Esiner de 2018.
Russell aporta a Los Picapiedra un trasfondo humanístico que actualiza la fórmula original. La serie de animación, que se dirigía a un público adulto, pretendía mostrar en clave humorística las tribulaciones de la clase media estadounidense de los años sesenta. El cómic de DC da una pátina de melancolía al elemento cómico, convirtiéndolo en una tragicomedia con marcados paralelismos con el momento presente, así como por el sentir americano de las últimas décadas.
Esto es posible gracias a la ambientación. Esa prehistoria ficticia que ya nació como espejo de la sociedad coetánea se actualiza, cobrando importancia elementos como la religión, la política o la manipulación de las masas. Al mismo tiempo, el capitalismo más exacerbado se erige como omnipresente poder de subyugación social.
Los personajes son, esencialmente, los mismos que ya conocemos de la serie animada, sin embargo, el tono serio y crítico de la obra completa sus personalidades con infinidad de matices que les otorgan una profundidad inusitada, creando profundos lazos de empatía con el lector.
ECC publica la miniserie completa en una edición integral en tapa dura, con un precio algo elevado que puede echar atrás a potenciales lectores. No obstante, Los Picapiedra es una de las obras más llamativas de los últimos años, que puede alcanzar también a un público más generalista que quiera dejarse sorprender por esta relectura con regusto existencialista.
