David Rees hizo parada en Vigo con su gira acústica en la que avanzó detalles de su próximo trabajo musical
David Rees regresó a Vigo con un formato acústico e íntimo, una propuesta totalmente diferente a la que ofreció en 2021 en el Festival TerraCeo. Con su esencia intacta volvió a la ciudad para presentar su último álbum Culturama.
Niños y mayores acudieron este sábado 27 de abril al concierto de David Rees en la sala La Fábrica de Chocolate. Con una puesta en escena intimista hizo un repaso por su trayectoria musical durante casi dos horas acompañado a la guitarra por David Cabezas. Además, sorprendió versionando temas de otros artistas.
Teclado, ukelele y guitarra
A las 22:00 horas David Rees se presentó solo al teclado y dio la bienvenida al público con El chico del ukelele, canción original de un libro que publicó en 2019 bajo ese mismo nombre.
«Es superemocionante venir y ver a tanta gente hasta en un concierto más acústico, más íntimo en el que yo me voy a abrir un poco en canal. Voy a tocar canciones de todas las etapas«, avanzaba al inicio del concierto.
Siguió al teclado, pero con David Cabezas acompañándole ya en el escenario a la guitarra. Juntos interpretaron temas como Querido yo, que mezcló con unos versos de One Kiss de Calvin Harris y Dua Lipa, y Girasol.
Además del teclado, David Rees tocó De colores con el ukelele y Match con la guitarra. También cantó temas con el único acompañamiento de la guitarra de David Cabezas y aprovechó para mostrarse cercano con el público.
Público entregado
Los asistentes no tardaron en soltarse y dejarse la voz cantando las canciones de David Rees, pero también supieron respetar momentos más íntimos como Niágara. «Me encanta que cantéis conmigo pero también me encanta el respeto que hay hacia los cantautores y sus letras«, señalaba el artista tras interpretar él solo el tema al teclado ante la atenta mirada del público que guardó silencio.
Se dejaron la voz cantando canciones como Amor de película en la que propio artista puso el micrófono a los asistentes para hacerles también protagonistas. La implicación del público llegó a emocionar a David Rees, que enseguida cogió confianza y compartió confidencias.
Juegos y sorpresas
David Rees quiso jugar y experimentar con el público. Así, interpretó Diamante mezclándola con trozos de otros temas como La bachata de Manuel Turizo, Nochentera de Vicco, Malamente de Rosalía y Zapatillas de El canto del loco.
En Corazón de limón pidió a los asistentes que repitieran el estribillo «un limón, medio limón» cada vez con más fuerza, motivándolos pidiendo que gritaran más «para que se enteren los de Coruña».
El juego siguió con una pequeña ruleta en la que había anotados los títulos de varias canciones. Una manera original de hacer cada concierto diferente y que el azar escoja qué tema se cuela en el repertorio. En Vigo la ruleta se paró en Cuando lloras de Despitaos y David Rees se fue al teclado para interpretarla.
Tras ello David Cabezas abandonó el escenario. Otro momento de intimidad en el que David Rees se colgó la guitarra para tocar Transparente. La complicidad con el público le llevó a avanzar detalles de su próximo trabajo. Anunció que en breve publicará un tema nuevo que promete sorprender.
David Cabezas volvió a salir y despidieron el concierto, aunque estaba claro que no era el final, con dos mil veinte. Para ello pidió a los asistentes que encendieran las linternas de sus móviles y cantaran junto a él.
Fiesta final
David Rees se guardó las canciones más divertidas y juguetonas para el final. Después de una breve pausa retomaron el concierto con Horóscopo, tema que el artista disfrutó acercándose al público.
A modo de regalo a los asistentes cantó un trozo de Me gusta un chico, atendiendo a la petición del público. «Me arrepiento un poco de dejarla fuera del setlist», confesaba.
Pusieron el broche de oro a la cita dos de las canciones que más esperadas. Con el ukelele David Rees interpretó De ellos aprendí, en la que se escuchó más a los asistentes que al propio artista. Cerró la noche Radio 2000 con David Rees cantando entre el público y dando saltos.
David Rees prometió volver en 2025, pero fue una promesa seria de las de dedo meñique entrelazado. El artista acabó muy emocionado por el calor del público.
«A mí este concierto se me va a quedar tatuado«, confesaba. Los asistentes se quedaron con ganas de más y ya están con la cuenta atrás para el próximo concierto en Vigo.