La aclamada película protagonizada por la cantante y Constance Wu se atreve a mostrar en todo su esplendor tanto las luces como las sombras de los clubes nocturnos.
Estreno: 8 de noviembre
¿Por qué Estafadoras de Wall Street tiene las mejores críticas de toda la carrera de Jennifer López? Esta historia sobre unas bailarinas de striptease ya incluso apunta a los Óscars, por lo que estas expectativas parecen intuir el auténtico fondo de la película: un divertimento al ritmo frenético de la oscarizada La Gran Apuesta que aprovecha cuando te tiene enganchado para mostrarle la crudeza y trasfondo de este trabajo sexual para nada tan idílico.
Las reinas del espectáculo
Puede que el gancho del film sea la cantante de On The Floor, pero lo cierto es la auténtica protagonista del film es Constance Wu. Tanto su historia como su interpretación llena de matizas son las que guían esta historia y la hacen avanzar y emocionarnos. Ojalá los premios le den el foco que tanto merece.
De momento, esa nominación a mejor actriz de reparto parece estar bastante asegurada para López. Su Ramona se convierte en la mami de los personajes y del metraje, tan idealizada como compleja. Ella sí que es el personaje más carismático del film, por encima incluso del de Wu, ya que el resto del squad queda bastante tapado en la rutina (literalmente, salen y entran de pantalla sin mayor trascendencia).
Más allá del brillo
Toda la campaña promocional se ha centrado bastante en vender el brillo y glamur de estas bailarinas. Los primeros 20 minutos responden a estas expectativas con unos bailes de infarto realmente deslumbrantes que también hay que saber valorar como si se tratara de un primer plano llorando. JLo sobresale especialmente aquí, y se entrega en cuerpo y alma (literalmente) a su personaje. El resto de actrices, ya sean en primer y segundo plano, tampoco se quedan atrás, y el montaje sabe subrayar estos momentos en cámara lenta.
Sin embargo, la historia sigue avanzando, y la gloria siempre viene con dolor, como ya ha demostrado Pedro Almodóvar. La historia no trata de unos bailes bonitos, ni siquiera de unas estafas a clientes: la trama central por la que se recordará la película es ese duro y violento paso del tiempo donde la inestabilidad del trabajo se traduce en una montaña rusa emocional tan gloriosa y divertida como cruda y dolorosa. Este atrevimiento a desmitificar y retratar la dura realidad de cualquier trabajadora sexual es el mejor logro del film.
Gracias a estos dos polos, Estafadoras de Wall Street tiene motivos suficientes para satisfacer a todo el mundo (hasta a los Académicos, aunque no sea esa joya inmaculada que avanzaban las primeras críticas). Hay diversión y, cuando esta se acaba, hay trasfondo y reflexión. En conclusión, una fórmula perfecta para enganchar y hacer pensar dentro del cine comercial.