El mundo es suyo ha sido dirigida por Alfonso Sánchez, quien protagoniza el film junto a Alberto López. La comedia fue presentada en el Festival de Málaga
Ver una película a las 9 de la mañana no ayuda a tener una opinión favorable desde el principio, pero la escogí precisamente por ello: pensé que una comedia temprana me despertaría para el resto del día en el Festival. Primer error. Siempre intento ir con pocas expectativas para que un film no me decepcione por idealizarlo, pero habiendo disfrutado tanto de su antecesora, El mundo es nuestro, fue difícil. Segundo error.
Tras representar el extremo más «chusma» con el «Cabesa» y el «Culebra», en El mundo es suyo tenemos el lado más pijo, el de las personas a las que les gusta el dinero, vivir la vida siguiendo el lema carpe diem y quedar bien. Es decir, un estereotipo presente en nuestra sociedad y muy bien ambientado en Sevilla con los «Compadres». Porque, aunque no tengas un duro, vas a pedir cigalas en el bar. La crítica a este tipo de personas que no es capaz de aceptar su mala situación económica está bien construida, puesto que se entiende en todo momento, ya sea por la importancia de quedar bien con tu suegro o con el camello de turno para conseguir lo que quieres. Conveniencia pura gracias a la que sobrevivir; Rafi (Alfonso Sánchez) y Fali (Alberto López) son dos caraduras de primera.
Pero no olvidemos que es una sátira y aquí falla la comedia. Alguna sonrisa tímida se asomará por tu rostro, pero poco más. Este humor está trillado, pocos chistes que no se hayan oído ya: es el típico estereotipo andaluz que toda España conoce. Esta película es un intento de sátira sin gracia, aunque Mari Paz Sagayo es la que consigue más risas. Encarna a una periodista de televisión que siempre busca la exclusiva y parece omnipresente. Sin duda, la sala en la que estuve (yo incluida) se rió más con su personaje que con el resto del largometraje.
En definitiva, la falta de un buen humor es el mayor error de los guionistas, aspecto que apenas llega a la suela del zapato a El mundo es nuestro.