La Sala Copérnico de Madrid acogió una fiesta llena de música y lentejuelas para cerrar el año de Corazonada, el último disco del grupo toledano. Colaboraciones e invitados sorpresa completaron una noche mágica de reencuentros con mucho espíritu navideño.
El del sábado fue el segundo concierto especial fin de año que la banda Veintiuno regala a sus seguidores, el primero sin sillas y sin restricciones de aforo. Un acontecimiento que parece convertirse en tradición para los de Toledo y que este año cobra especial valor por ser el año de Corazonada (Warner, 2021). Ese disco especial que tanto ha llegado a los corazones «perdedores».
A las 20:00 se abrieron las puertas de la madrileña Sala Copérnico para celebrar un concierto íntimo y cercano en el que se repasaron las mejores canciones de la banda. Con las mejores galas, como si de una fiesta de Nochevieja se tratase, artistas y seguidores se reencontraron para despedir 2021 e ir saludando tímidamente a 2022.
A las 21:00, con la puntualidad a rajatabla y sobre un escenario decorado por cortinillas brillantes y guirnaldas navideñas, salieron a tocar Diego, Yago, Pepe y Rafa. La instrumental Júbilo, enlazada con Mi monstruo y yo abrieron el último concierto del año de Veintiuno.
Un brillante set list diseñado para la ocasión amenizó la noche con las canciones de Corazonada, en el que tampoco faltaron éxitos de Gourmet (Warner, 2018). Con Nudes, toda la sala Copérnico saltó al son de un hit divertido y pegadizo, fruto de una colaboración con Chica Sobresalto. Además, con pequeño guiño a Amaral y su Marta, Sebas, Guille y los demás.
Alberto Jiménez y Quequé, invitados sorpresa
Y buscando el instante perfecto llegó la primera colaboración de la noche con Alberto Jiménez de Miss Caffeina. El cantante se unió a la banda para cantar Pirotecnia, mientras centenares de voces gritaban ese verso que reza «Yo solo quiero hacer magia».
Con una breve intro sobre los acordes de Quizás, quizás, quizás sonó con elegancia Anhelo, otra de las joyas del Corazonada. Con una producción cuidada, es un bolero que cuenta con línea de metales, sampleados en directo, pero que, sin duda, dotan de un toque muy original al tema.
A Anhelo está especialmente unida Desvelo, declarada como la Fan Favorite del disco. Y es que en directo cobra un sonido envolvente desde el primer minuto para eclosionar en el final con una guitarra eléctrica que se va desvaneciendo entre la música. Una auténtica balada con mucho toque de los 90.
Lluéveme un río (mini pogo incluido), la reciente La llorería y Caramelo cerraron el repertorio con toda la sala saltando y bailando, mascarilla puesta y mucha emoción. Diego, Yago, Pepe y Rafa desaparecieron del escenario a la vez que las luces se iban atenuando.
Tras los minutos de cortesía estipulados para que el público demande a gritos los bises, empezaron a escucharse los primeros acordes de Cabezabajo. «¿Alguien ha visto la explosión, o solo la he sentido yo?». La euforia se hizo enorme cuando desde el lateral derecho del escenario entró el cómico Héctor de Miguel, Quequé, amigo de la banda, para cantar el tema.
La noche terminó con la enérgica Dopamina, el tema estrella de esta banda del «boca a boca». Unos auténticos obreros del pop que no han parado de trabajar durante todo este tiempo para llegar a una noche como la del sábado. La noche en la que los chicos de Veintiuno brillaron como nunca.
