Activistas pertenecientes al movimiento consideran de importancia “recordar a los verdaderos héroes de los Panteras Negras”
Black Panther será recordada por formar parte de un histórico movimiento social. La película dirigida por el joven director afroamericano Ryan Coogler e interpretada por un elenco mayoritariamente negro, con un presupuesto de 200 millones de dólares, se ha convertido en el primer blackbuster del cine americano.
Crítica social
La película de Marvel, al igual que otras producciones del gigante de los cómics mezcla la acción y el humor, pero además añade una evidente crítica social de la historia afroamericana.
La película ha sido, por tanto, una oportunidad, para los activistas afroamericanos como Frederick T Joseph, de promover “historias y contenido que combatan la retórica racista de la administración Trump”. Al igual que pretende romper con el estereotipo en una industria dominada por directores blancos.
Los antecedentes
Otros, como Sekou Odinga, 73, líder de las panteras negras encarcelado hace 33 años y liberado en 2014, ha querido recordar a aquellos compañeros que siguen tras las rejas por defender entre los años 60 y 70 los derechos de la población americana negra.
Familias y asociaciones por los derechos civiles exigen la liberación de una docena de miembros del partido Panteras Negras o de defensa propia (BPP) fundado en Oakland, California.
“Muchos se encuentran en las peores prisiones y en las peores condiciones, muchos de ellos están envejeciendo y tienen problemas de salud«, cuenta Odinga, acusado de intento de asesinato de un policía en 1980 , época en la que el gobierno de EEUU combatía violentamente cualquier tipo de manifestación por los derechos de la población negra.
“Esta es una oportunidad para recordar a la gente quienes son los verdaderos héroes de las Panteras Negras y las condiciones en las que se encuentran en este momento”.
El FBI y el caso Cointelpro
La película fue presentada meses después de que se supiera que la unidad de terrorismo del FBI había señalado a algunas personas como “identidades negras extremistas«, alegando que los activistas que contraatacaban la brutalidad policial suponían una amenaza al gobierno.
Actualmente el gobierno financia el polémico programa de contraespionaje Cointelpro, dedicado a espiar e interrumpir cualquier movimiento de los Panteras Negras o de izquierdas.
“Debemos concienciar a las personas que esto ha sucedido antes y que sucederá otra vez si no tenemos cuidado” dice Malkia Cyril, activista californiana cuya madre fue Pantera Negra.
A pesar de que los Panteras negras son considerados como radicales, también realizan labores sociales como comidas, educación y sanidad que el Estado no realiza.
La lucha continúa
En el estreno de la película, muchos recordaron a Mumia Abu-Jamal, que cumple cadena perpetua a pesar de la controversial autoridad del asesinato de un policía. Actualmente sigue luchando por su inocencia.
Monifa Akinwole-Bandele, activista hija de un miembro del partido Pantera Negra espera que la película inspire a la audiencia al igual que los auténticos Panteras Negras.

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