La violencia de género, pese a la pandemia, no ha dejado de afectar a la población. ¿Cómo ha cambiado en estos meses la situación?
Con la emergencia de la pandemia de la COVID19, la vida tal y como la conocíamos ha cambiado radicalmente. Mucho de lo que conocíamos ya no volverán a ser como antes. No obstante, la violencia de género sigue vigente en nuestra sociedad y, en muchas ocasiones, ha aumentado. Los confinamientos domiciliarios han tenido especial incidencia en los hogares con un agresor.
Esta situación, que afectaba a toda España, tuvo especial incidencia en las víctimas de violencia de género, y en sus familias. Estas mujeres se veían obligadas a pasar 24h dentro de una casa con su agresor, aumentando exponencialmente el riesgo de sufrir agresiones. El riesgo no lo sufrían sólo ellas, sino también sus hijos.
El confinamiento domiciliario tuvo especial incidencia en las víctimas de violencia de género, que tenían que convivir con su agresor
Los servicios dedicados a las víctimas de violencia de género seguían funcionando durante las etapas más duras de la pandemia. También es cierto que la parte presencial se encontraba prácticamente en servicios mínimos. Esta situación dificultaba enormemente la situación de las mujeres víctimas de violencia de género, que se veían envueltas en una situación muy peligrosa.
Es por ello que el Instituto de Igualdad de Canarias, junto con los Colegios Oficiales de Farmacia, pusieron en marcha una iniciativa común, la ‘Mascarilla 19’. Esta iniciativa se difundió rápidamente por toda España. El funcionamiento era muy simple. La mujer víctima o cualquier miembro de su familia, si percibe un riesgo cierto, puede acercarse a una farmacia y pedir ‘Mascarilla 19’. El personal de la farmacia, ya formado acerca de la iniciativa, conoce los pasos a seguir, llamará al 112 y se iniciará el protocolo por violencia de género. Es, en definitiva, una forma de pedir ayuda sin levantar sospechas, en una situación en la que llamar por teléfono, estando encerrada con el agresor, pondría aún más en peligro a la víctima.
La pandemia de la violencia de género es más antigua que la del COVID19
A fecha de 21 de julio de 2020, la Policía Nacional cifraba en 8.790 personas los detenidos por violencia de género durante el Estado de Alarma. Además, se tramitaron un total de 8.412 denuncias. También se han llevado a cabo 245.000 contactos con víctimas (llamadas telefónicas, visitas o vigilancias. Lamentablemente, todo este trabajo no ha sido suficiente. Durante los tres meses que ha durado el Estado de Alarma, hemos tenido que lamentar cinco mujeres asesinadas.
La emergencia de la pandemia de la COVID19, que ya se ha cobrado la vida de cerca de un millón y medio de personas en todo el mundo, no debe hacernos olvidar que existe una pandemia mucho más antigua. Se trata de la pandemia de la violencia de género. Sólo en el año 2019, se ha cobrado la vida de 87.000 mujeres en todo el mundo, según la ONU. Esta cifra, que se repite año tras año, nos debe hacer reflexionar de que se trata de una pandemia silenciada y normalizada.
La vacuna de la violencia de género se llama educación
No obstante, para la pandemia de la violencia de género existe una vacuna, que es muy sencilla y ya es conocida por todos: la educación. Una educación en valores de igualdad y no sexistas proporcionará los anticuerpos necesarios para erradicar la pandemia, y que la epidemia doblegue su curva. El diagnóstico es tanto o más complejo que el del COVID. Si trabajamos en la cura de la violencia de género, el machismo y el patriarcado, salvaremos casi 90.000 vidas al año.
Erradicar la violencia de género requiere, al igual que con el COVID19, la ayuda de todos. Es necesaria la responsabilidad social, siendo necesaria la ayuda y el apoyo a la mujer víctima. También es necesaria una condena tajante y rotunda a cualquier manifestación o síntoma de violencia. Hay que poner todos los medios para frenar su expansión y aliviar los síntomas, es decir, protegiendo a la víctima. Erradicar la pandemia de la violencia de género es responsabilidad de todos y todas.
