Meta planea transformar Facebook e Instagram en servicios de pago para eliminar la publicidad, especialmente para usuarios europeos. Esta iniciativa busca ofrecer una alternativa a aquellos que no desean que la empresa utilice su actividad digital para personalizar anuncios y así cumplir con las regulaciones de la Unión Europea.
La propuesta de Meta ha sido presentada a las autoridades europeas y se ha compartido con otros reguladores de la Unión Europea para obtener sus opiniones. Esto se debe a que Meta, al igual que otras empresas tecnológicas como Apple, debe cumplir con las directrices de la Ley Europea de Servicios Digitales (DSA).
Esta decisión se alinea con los cambios previamente anunciados por Meta para proteger la privacidad de los usuarios europeos y españoles. La nueva consideración es la posibilidad de ofrecer suscripciones mensuales para utilizar Instagram y Facebook sin publicidad.
Al brindar a los usuarios la opción entre un plan gratuito con anuncios y una suscripción de pago, se espera que un segmento importante de la base de usuarios opte por la versión gratuita, lo que preservaría el modelo de negocio publicitario de la empresa. Esto representa un cambio en la estrategia de Mark Zuckerberg, quien solía ofrecer servicios principales de forma gratuita respaldados por publicidad para hacerlos accesibles para personas de todos los niveles económicos.
No obstante, en los últimos años, Zuckerberg ha demostrado estar dispuesto a considerar planes de pago como una forma de enfrentar la creciente supervisión de los reguladores.
Esta medida guarda similitudes con la que Elon Musk, propietario de X, está considerando para su red social. En el caso de Twitter, la razón detrás de la tarifa de uso sería combatir la presencia de bots en la plataforma. Meta es una de las seis grandes empresas tecnológicas a las que se dirige esta normativa, que establece obligaciones como la interoperabilidad y el consentimiento de los usuarios antes de que las plataformas compartan datos entre los servicios de la misma empresa, como entre Facebook y WhatsApp.
Las versiones de pago de Facebook e Instagram representan un cambio significativo en el modelo de negocio de la empresa, que se basó en la publicidad personalizada durante sus 20 años de existencia. Los suscriptores que no deseen pagar podrán seguir utilizando las versiones gratuitas de los servicios, pero deberán otorgar autorización explícita para que la empresa utilice sus datos personales en estrategias de publicidad personalizada.
