Los portavoces de las principales formaciones que ocupan el Congreso de los Diputados abren el primer debate sobre diversas cuestiones de cara a las elecciones del 10N. Los participantes son Adriana Lastra (PSOE), Cayetana Álvarez de Toledo (PP), Inés Arrimadas (Ciudadanos), Irene Montero (Unidas Podemos), Iván Espinosa de los Monteros (VOX), Gabriel Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV). Pueden acudir al debate electoral con dos asesores cada uno.
El debate electoral se dividió en cuatro bloques de media hora: primero, política territorial y regeneración democrática; segundo, economía, empleo, pensiones e impuestos; tercero, cambio climático, igualdad y políticas sociales; y, finalmente, gobernabilidad y política de pactos.
La primera intervención en los minutos de oro que abren los debates fue por parte del representante de Vox, Espinosa de los Monteros, seguido de Rufián, Álvarez de Toledo, Lastra, Arrimadas, Esteban y Montero, que cerró el debate. Los encargados de cronometrar a los portavoces en el debate electoral fueron árbitros deportivos profesionales, concretamente de la Federación Española de Hockey. Cada candidato a las elecciones generales contará con 18 minutos entre los cuatro bloques.
El primer bloque sobre la política territorial estuvo marcado por las continuas interrupciones de Arrimadas y Álvarez de Toledo sobre la cuestión catalana -especialmente a Lastra- y el protagonismo del ultraderechista Espinosa de los Monteros. Aitor Estaban y Gabriel Rufián acudían al diálogo de forma ‘multilateral’ con la presencia de las instituciones europeas para resolver la cuestión, y con la templanza que no demostraron otros líderes políticos en este bloque del debate. El primer bloque se cerraba con ciertos aires de crispación entre los portavoces.
El segundo bloque de ‘economía, empleo, pensiones e impuestos’ podría titularse como “Quién ha dejado en crisis a quién”. Los portavoces, con un discurso más aprendido y con menos interrupciones, lo dedicaron a abordar las medidas que propone cada uno con lo que podría llamarse ‘el ego del político’. “Mi partido es el único que tiene un programa económico” diría Álvarez de Toledo, aunque es una frase que puede extrapolarse a cualquiera de los integrantes. Cada uno expresaba su visión o echaba las culpas a otro partido de la situación actual del país. En este bloque, más que debate, había acusaciones. Arrimadas (Ciudadanos) incluso a recriminó Irene Montero (Podemos) que les «gustan mucho las medidas comunistas, pero vivís muy bien”, evadiendo la desfachatez de la frase y la palabra ‘comunista’, ahora resulta que para ser de izquierdas tienes que vivir debajo de un puente.
El tercer bloque comprendería el cambio climático, la igualdad y políticas sociales. Lastra recordaba a Montero que “podrían estar trabajando por derogar la reforma laboral, pero no es posible ya que UP bloqueó la formación del gobierno”. Dejando frases estrella Álvarez de Toledo como reafirmarse en que seguirá diciendo que no todo lo que no sea un ‘sí’ significa un no». Frase que causaría la repulsa de Lastra, Montero, Esteban y Rufián. Espinosa de los Monteros acudía de nuevo a recitar el programa de Vox en el piden cadena perpetua para violadores.
El tercer bloque de cambio climático, igualdad y políticas sociales comenzó enlazando con los último del anterior sobre la igualdad y crímenes machistas. Y comenzó por Rufián que calificaba de «miserable asesinato machista» el caso de este viernes. Y seguía con una propuesta de una ley de emergencia climática, como la que se aprobó en Catalunya. Las distintas formas que mostraban repulsa ante las palabras de Álvarez de Toledo para pedir incluso, en el caso de Irene Montero y Gabriel Rufián, que rectificase de ellas. Aitor Esteban le respondían con que la lacra a la violencia machista es «complicada», pero que «solo sí es sí».
Y finalmente llegó el cuarto y último bloque del debate: gobernabilidad y política de pactos. Arranca Arrimadas con un firme: “queremos pactar con el PP”. Rufián defendía la idea de que un PSOE fuerte escoge siempre la peor de las opciones dejando fuera a Podemos o Esquerra que le dieron su apoyo en la moción de censura. Adriana Lastra se reafirma en un acuerdo programático porque “en la historia de la democracia no ha habido coaliciones, y no las habrá”. Además de decir que “Vox son un peligro”.
Tras todo esto, llegan los minutos de oro de cada portavoz. Primero Espinosa de los Monteros (Vox) con un: ”o voto útil para Sánchez, o voto para parar a Sánchez». Seguido de Rufián (ERC): “a todos los que crean que el conflicto político se soluciona con el diálogo”. Álvarez de Toledo (PP) pide por favor que no tiren su voto y que “solo habrá gobierno si votan a Pablo Casado”. Lastra (PSOE) achacando a que solo hay un voto útil: el Partido Socialista. Arrimadas (Cs) concluye con el eslogan de su partido diciendo que ya es hora de poner a “España en marcha”. Aitor Esteban (PNV) apelando al apoyo vasco: «se avecinan tiempos de centralización, muy complicados. Es necesaria una voz propia vasca en Madrid». Y finalmente, la última en hablar, por sorteo, fue la representante de Unidas Podemos, Irene Montero, que leyó unas cartas de cuidadores y trabajadores con problemas, una de las cuales de Florentino Pérez. «El único teléfono al que nunca llamará Florentino Pérez es Unidas Podemos», cerraba.
Y, esto, fue otro debate del tú más. Del yo sí y tú no. Y de una manera un tanto estrafalaria de buscar la parafernalia para desbloquear un gobierno antes de unas elecciones. Un debate con una templanza que solamente tuvieron varios políticos, y que les caracteriza, como el líder del PNV, Aitor Esteban, que se mantuvo firme y dialogante durante todo el debate. Ahora solo queda esperar al gran debate de los cabeza de partido, que no se avecina muy distinto a este.
