En las últimas semanas, con motivo de los próximos comicios del día 4 de mayo, el porcentaje a superar por las formaciones políticas para conseguir representación en la Asamblea ha ocupado el debate público, pero ¿qué es y por qué existe esta barrera electoral?
La barrera electoral, también conocida como cláusula de barrera, umbral electoral o piso electoral representa el número mínimo de votos que debe recaudar un partido político o lista electoral para tener representantes en la cámara que motive las elecciones y en sus comisiones parlamentarias.
El objetivo de esta medida es evitar la fragmentación excesiva de los parlamentos, sin embargo no es una medida que solo se dé en España, sino que actualmente está vigente en 11 países de la Unión Europea. Alemania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Letonia, Bulgaria, Estonia, Suecia, Países Bajos y España recogen este porcentaje como requisito a superar para obtener representación parlamentaria. Aunque más allá de la frontera de la UE su uso no es nada frecuente, con la excepción de Turquía, donde el número de votos a superar es del 10%, el más elevado.
En España, para las elecciones nacionales la cláusula está situada en el 3% de votos de cada circunscripción electoral y en las municipales es de un 5%. En el caso de las autonómicas el porcentaje oscila entre el 3% y el 5% dependiendo de la comunidad, Hay dos casos que destacan ellas, que son el de la Comunidad Valenciana que exige un 5% pero no de la circunscripción, sino del total de la región y el caso de Canarias, donde se combina una barrera del 3% en la circunscripción y un 6% en la comunidad autónoma.
Aunque el establecimiento de una barrera electoral en España contribuye a paliar la sobre representación que podrían tener los partidos nacionalistas según el sistema electoral vigente, no está exento de críticas por los partidos más pequeños. Por un lado, reduce la dependencia de los partidos mayoritarios de las exigencias de otros terceros para formar gobierno o aprobar sus presupuestos, sin embargo, dificulta la regeneración en los parlamentos y se traduce en que sea realmente difícil que un nuevo partido acceda a las asambleas. No es imposible claro, Unidas Podemos, Ciudadanos y VOX lo hicieron recientemente, pero sí supone una dificultad añadida. Por ello, la ley ha sido revisada en varias ocasiones por los tribunales, sin embargo, por el momento se mantendrá dentro de la mecánica de las elecciones.