Las elecciones gallegas tendrán lugar este domingo sin incógnitas en cuanto al favorito. Feijóó es claro favorito para volver a ser reelegido con su estrategia de marca personal, aunque necesitará revalidar mayoría absoluta. Más cruda será la batalla para liderar en la oposición.
La cita electoral gallega estará marcada, como en el País Vasco, por la pandemia provocada por el coronavirus. En Galicia se han detectado 9.251 contagios hasta la fecha y han fallecido 619 personas. Además, el rebrote de A Mariña, Lugo, es uno de los más relevantes a nivel nacional: 21 casos en un día y 165 positivos que siguen activos de los 256 en todo el territorio.
Esta difícil circunstancia ha propiciado el voto por correo, una cifra que ha aumentado en un 52% y que, sin embargo, todavía queda lejos del 139% en la comunidad vasca. Con todo, la ciudadanía gallega ya prepara los 2.405 colegios electorales que estarán abiertos para los 2.697.000 votantes llamados a las urnas.
En Galicia está en juego la cuarta mayoría absoluta consecutiva de Alberto Núñez Feijóo, un logro que le haría igualar el récord de Manuel Fraga. Dicen los expertos que el candidato popular ha buscado ocultar las siglas de su partido durante la campaña. Y es que la buena reputación de la que goza Feijóo en su comunidad no se ha empañado con el tiempo pese a la deriva conservadora de los últimos tiempos.
La línea estratégica del actual presidente de la Xunta ha estado marcada por el reforzamiento de su imagen y su capacidad de gestión para afrontar una etapa convulsa. Tras su negativa a formar coalición con Ciudadanos, el orensano aspira a hacerse fuerte con un resultado que podría llegar al 48% de votos y 42 escaños, cuatro por encima de los necesarios para la mayoría.
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— Alberto Núñez Feijóo (@FeijooGalicia) July 10, 2020
Una alternativa casi imposible
La alternativa en la oposición pasa por un tripartido entre el Partido Socialista, BNG y En Marea, aunque el grupo de Podemos en Galicia perderá probablemente entre ocho y diez escaños. Así pues, la batalla por la izquierda está servida entre Gonzalo Caballero y Ana Pontón, líderes de PSdeG y BNG respectivamente. Estos últimos podrían pasar de los seis escaños de 2016 a los 14 que vaticinan las encuestas.
La opción del nacionalismo de izquierdas es, al igual que en el País Vasco, el elemento que cobra más fuerza para arrebatar liderazgo social a Podemos. La división y la confrontación internas han mermado gravemente las posibilidades del proyecto morado, de manera que su resultado de este domingo podría abrir un debate de calado en la formación de Iglesias.
Por otro lado, Vox y Ciudadanos no están y tampoco se les espera. La potencia de la figura de Feijóo dinamita, salvo sorpresa, las aspiraciones de la ultraderecha, pero también en las filas naranjas. Todo ello alimenta la tesis de que Galicia, como en los últimos años, ha escapado de las lógicas políticas nacionales y sigue construyendo su realidad electoral particular.
