El activismo medioambiental por fin tiene rostro.
Sin embargo, nadie esperaba que, tras décadas de lucha por el ecologismo, una adolescente de tan solo 16 años fuera a convertirse en la líder de un movimiento que representa a millones personas de todas las edades, de todas partes del mundo.
Greta Thunberg, aprovechando su tirón mediático y su capacidad de convicción, se ha pronunciado en la Marcha por el Clima en Madrid el pasado martes para reivindicar, entre otras cosas, la necesidad de educar a la población de los peligros del cambio climático, convirtiéndose en la protagonista del acto. Tanto ha sido así que se ha bautizado a la misma como «la cumbre de Greta» o la «GretaCOP«. «No solo hay que educar en las escuelas, hay que educar sobre el clima a los adultos. Hay que traducir los números de la ciencia para que la gente entienda la sensación de urgencia» advertía la activista.
La joven sueca reconoce que, a pesar de todos los/as activistas que han tratado de alzar la lucha por el medioambiente y convertirlo en un tema principal de la agenda política y mediática Internacional, ella se ha convertido en un claro “icono ambiental” en cuestión de meses. Las contundentes palabras de la joven durante la Cumbre del Clima de la ONU han hecho mella en la población: «Estamos al inicio de una extinción masiva y de lo único que podéis hablar es de dinero y de cuentos de hadas sobre un crecimiento económico eterno… ¿Cómo os atrevéis? Habéis robado mis sueños y mi infancia con vuestras palabras vacías» afirmaba Greta.
Claro está que Greta no solo representa a una mayoría de la población descontenta con la gestión de los recursos naturales, legislaciones y contaminación a todos los niveles, sino que también se identifica como “la voz de la juventud” que, cada vez más concienciada la problemática, lucha por un cambio radical y por un comienzo de una nueva y necesaria era. “La era del cambio”.
