En un giro significativo, ERC y Junts han alcanzado un acuerdo en el Parlament que podría tener implicaciones importantes en las futuras negociaciones de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Ambos grupos políticos han acordado presentar una propuesta de resolución que insta al Parlament a no respaldar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno si este no se compromete a trabajar para cumplir las condiciones necesarias para la celebración de un referéndum en Cataluña.
El texto de la resolución pactada entre ERC y Junts establece claramente: «El Parlament se pronuncia a favor de que las fuerzas políticas catalanas con representación en las Cortes españolas no apoyen una investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración del referéndum». Este acuerdo marca un punto de unión entre los dos partidos catalanes en medio de intensas negociaciones.
El proceso de negociación fue complejo y, en un principio, parecía que Junts Per Catalunya se oponía a la propuesta de resolución presentada por ERC. Esto se debía a la creencia de Junts de que son los partidos, no el Gobierno, los que deben liderar las conversaciones sobre el referéndum. Además, la CUP también presentó una propuesta sobre la autodeterminación, lo que complicó aún más las negociaciones.
La CUP propuso que el Parlament «constatara la falta de confianza» en el Govern de Pere Aragonès. En respuesta, Junts consideró que no podían dar un respaldo total al gobierno de los republicanos para negociar la amnistía y la autodeterminación. En medio de estas tensiones, surgieron múltiples posibilidades de acción, incluso la retirada de las propuestas en cuestión.
El texto acordado entre Esquerra Republicana y Junts refleja algunos de los principios presentes en las propuestas individuales. En él se destaca que la resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado español debe seguir la vía política y democrática. En este punto, el texto incluye una frase pronunciada previamente por Carles Puigdemont, que sostiene que «el mandato del referéndum del 1 de octubre de 2017 podría ser reemplazado por un nuevo referéndum acordado con el Estado».
A pesar de los desacuerdos previos y las confrontaciones en el Parlament, finalmente se llegó a un acuerdo tanto en la propuesta relacionada con el referéndum como en una resolución conjunta sobre el apoyo del Parlament a una ley de amnistía. En este último caso, incluso se logró que la CUP se uniera al acuerdo, aunque en el caso de la propuesta sobre el referéndum, la CUP se comprometió solo a «no oponerse».