Martínez Iniesta responsabiliza del caos sanitario y de la debacle económica al presidente de Castilla – La Mancha, Emiliano García-Page.
El portavoz de la corriente crítica del PP de Castilla-La Mancha, Antonio Martínez Iniesta, exige al presidente de la comunidad autónoma, Emiliano García-Page, que pida perdón, dimita y convoque elecciones por la “desastrosa gestión” que lleva a cabo para combatir la crisis del coronavirus. Iniesta apuntala su criterio en los 2.953 fallecidos por la pandemia y en la pérdida de centenares de millones de euros por la devastación económica.
Martínez Iniesta reclama que el número de fallecidos por coronavirus sitúa a Castilla-La Mancha como el territorio español con más mortalidad porcentual. En términos absolutos la cifra de personas muertas a causa del Covid-19 en la región es más del doble que la registrada por la misma causa en Andalucía, que tiene una población cuatro veces superior. “Esto quiere decir que aquí no se han hecho bien las cosas”, ha recalcado el portavoz, quien en este sentido ha aludido a los hospitales desbordados y a la falta de material de protección, de los que ha responsabilizado en exclusiva a la Administración autonómica, que primero minimizó la magnitud de la crisis y después no la atajó eficazmente, asegura.
Martínez Iniesta también ha reprochado al Gobierno autonómico sus escasos reflejos en el cambio de fases. De hecho, ha recordado que la corriente crítica del PP ha ido por delante en este sentido, al pedir primero el pase a la fase uno y exigir después al Gobierno de España la fase dos para el conjunto de las provincias, mientras que García-Page “aceptaba sumiso la discriminación de Toledo, Albacete y Ciudad Real”.
Para acelerar la recuperación de la economía de la región es preciso, a juicio de la corriente crítica, que las cinco provincias estén en fase dos, por lo que el “empecinamiento” del Gobierno en marginar a 3 de ellas obstaculiza el avance conjunto. Tampoco ayudan, ha aclarado Martínez Iniesta, las “lamentables declaraciones” del Gobierno de García-Page para que los madrileños no visiten la región, con el consiguiente perjuicio para el sector turístico.
