El PSOE sigue subiendo en intención de voto y llegaría al 31,2 %, lo que supondría una subida de 3,2 puntos respecto a los resultados de las pasadas elecciones del 10-N. De esta forma, se afianzaría el apoyo al gobierno de coalición tras el estado de alarma, pese a la bajada de Unidas Podemos hasta un 11,4%.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha dado a conocer este miércoles el resultado de una nueva encuesta de intención de voto. La crisis por el COVID-19 se ha presentado como una de las grandes amenazas para un Gobierno que llevaba confortado tan sólo unos meses. Ello, unido a las duras críticas sobre la gestión de la crisis sanitaria por parte de la oposición, plantea enormes retos al primer Ejecutivo de coalición de la historia democrática desde el fin de la dictadura franquista. El creciente clima de crispación en el Congreso ha acompañado a la actividad gubernamental desde que comenzó la pandemia, viéndose grandes momentos de tensión entre representantes políticos.
Con la sombra de la extrema derecha de VOX y de un Partido Popular muy escorado a la derecha, el Partido Socialista, fuerza mayoritaria en el gobierno, lejos de sufrir un impacto negativo, sigue en una tendencia ascendente en las encuestas del CIS, logrando subir hasta el 31,2% de los votos, lo que supone una décima más que en la anterior encuesta de mayo y tres puntos y medio más que en los comicios de noviembre. Por su parte, el principal partido de la oposición que no es otro que el PP de Pablo Casado, pierde tres décimas respecto a la anterior encuesta, quedándose en un 20% de intención de voto, ocho décimas menos de lo que obtuvo el 10-N. La suma de izquierdas (cerca del 44%) sigue superando a la de las derechas (cerca del 42%).
VOX es actualmente la tercera fuerza política en el Congreso y, al menos por el momento, parece que va a seguir siéndolo. Y no sólo eso, sino que se recupera de la caída que presentó en la encuesta de mayo, pasando ahora de un 11,3 a un 12,5. La formación de Santiago Abascal se encuentra aún, no obstante, lejos del gran resultado que obtuvo en las últimas elecciones, que con un 15% y 52 diputados, fue la gran sorpresa de aquella noche. Con permiso de Ciudadanos, claro, que en dichas elecciones fue el gran perjudicado y el que, pese a una esperanzadora subida en mayo hasta un 10,5%, ha vuelto a bajar y dejaría al partido de Inés Arrimadas con un 9,4%, seis décimas menos de su ya mal resultado electoral.
El Gobierno de coalición seguiría afianzado, pero más por el PSOE que por Unidas Podemos, porque el partido presidido por Pablo Iglesias seguiría bajando en las encuestas, aunque esta vez de manera ligera, con una décima menos que en la encuesta de mayo. El partido morado seguiría siendo fundamental para garantizar los apoyos en caso de elecciones, pero vería aún más debilitada su posición en una posible repetición de la coalición que hoy preside el gobierno de España.
Respecto a los partidos con menor peso en el Congreso, ERC de Rufián bajaría de 2,9% a un 2,6% y el PNV de un 1,4% a un 1,3%, mientras que la coalición entre Más País, de Íñigo Errejón y Compromís, de Joan Baldoví, subirían de un 1,3% a un 1,4%. El 9% restante correspondería a otros partidos.
