El expresidente catalán, Carles Puigdemont, ha presentado sus demandas al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en un discurso pronunciado en Bruselas, donde se encuentra en «exilio». En un ambiente de aplausos y con la presencia de destacados miembros del movimiento independentista, Puigdemont delineó sus condiciones para un posible acuerdo con el gobierno central.
Puigdemont comenzó su intervención contextualizando la actual situación política en España, destacando la importancia de los votos de Junts, el partido independentista catalán. Señaló que España se enfrenta a un dilema recurrente: bloqueo o pacto, y afirmó que el país no está equipado para resolver conflictos políticos, especialmente cuando se trata de un pacto que involucra a Junts, que según él, ha sido objeto de constantes ataques.
El expresidente catalán mencionó el pacto entre el PSC y el PP para evitar que Xavier Trías fuera elegido alcalde de Barcelona como un ejemplo de la dinámica política en juego. Afirmó que no existe un deseo de venganza entre los independentistas y que cualquier acuerdo sería un compromiso histórico.
Sin embargo, Puigdemont estableció una serie de condiciones para cualquier posible pacto. La primera es la identificación de las causas fundamentales del conflicto, incluyendo la consideración de que el referéndum del 1-O fue una respuesta legítima del pueblo catalán. También destacó el incumplimiento de acuerdos, especialmente en lo que respecta a inversiones por parte del Gobierno central, y la aplicación del artículo 155 de la Constitución española de manera «salvaje».
En este contexto, Puigdemont afirmó que Cataluña es una nación europea que se ha sentido atacada y que ve la independencia política como una vía para su supervivencia. Insistió en que corresponde a los representantes españoles desmentir esto mediante acciones concretas, no solo promesas vacías.
Puigdemont dejó claro que Junts no renunciará a la opción unilateral de la independencia y advirtió que, si no se llega a un acuerdo, España se verá abocada a nuevas elecciones. Los independentistas, según él, están preparados tanto para elecciones como para una negociación que podría llevar a un acuerdo histórico.
El expresidente planteó la pregunta de si los dos principales partidos españoles, el PP y el PSOE, están dispuestos a negociar con los independentistas y expresó su incertidumbre al respecto. Sin embargo, insistió en la necesidad de establecer condiciones para un proceso de negociación serio, honesto y ambicioso.
Estas condiciones incluyen el reconocimiento de la legitimidad del movimiento independentista catalán y el cese de la consideración de este como una amenaza o como terroristas. Puigdemont también exigió el abandono completo de las acciones judiciales contra los independentistas, destacando que el referéndum del 1-O no fue un delito ni la declaración de independencia.
El expresidente catalán solicitó un mecanismo de seguimiento para garantizar el cumplimiento de los acuerdos, dado el nivel de desconfianza existente. Además, propuso que el catalán se convierta en lengua oficial de la Unión Europea, algo que ya está en proceso por parte del Gobierno español en funciones.
Puigdemont enfatizó que estas condiciones no son contrarias a la Constitución ni a los Tratados europeos y son requisitos previos para evitar nuevas elecciones y comprometerse en un proceso de negociación. Subrayó que todo depende de la voluntad política y concluyó que están haciendo política en busca de soluciones.
Ahora, la pelota está en el tejado de Pedro Sánchez y del gobierno central español, mientras la situación en Cataluña sigue siendo un tema candente y sin resolver.
