Llega unos de los fin de semana más especiales del año como es el GP de Mónaco, que este año es aún más especial tras el fallecimiento de Niki Lauda.
El circuito
Cuando hablamos de Mónaco, es el circuito urbano por excelencia, con los muros muy cerca y sin apenas escapatorias. Empezando por la no recta de meta, llegamos a la primera de las variantes, “Santa Devota”, que será un auténtico embudo en la salida y donde históricamente hemos visto muchos golpes con el muro exterior.
A partir de ahí comienza la subida hacia el casino, justo en esa curva recordamos el accidente de Alonso que le hizo romper el chasis y salir del pit al no poder disputar la clasificación. Una vez llegado a este punto (el más alto del trazado), comienza la bajada de «Mirabeau» y llegamos al punto más lento del mundial, la curva de «Loews». Esta curva es muy especial porque además de la más lenta es la que necesita el grado de giro más grande al ser tan cerrada y estrecha. Se han producido allí adelantamientos increíbles y atascos del tamaño de los que podemos ver en la entrada de una gran ciudad.
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Una de las particularidades de este circuito, si ya tenía pocas, es que hay buzos por si un vehículo se precipitase al mar. Hoy en día la probabilidad es remota, pero en 1955, Alberto Ascari, campeón del mundo en 1952 y 53, cayó al mar con su Lancia D50. Diez años más tarde, tras un trompo, Paul Hawkins se iba también al agua, afortunadamente ambos pilotos fueron rescatados con vida.
Siguiendo con la vuelta por las calles del principado, nos adentramos en el túnel donde a su salida, se alcanza la velocidad más alta justo antes de frenar para la chicane del túnel. Salimos de ella y nos adentramos en la zona más rápida que enlaza la mítica curva de «Tabac», la chicane del puerto y la chicane de la piscina.
Las dos últimas curvas son “La Rascasse” y “Anthony Noghès”, la primera de ellas recordada entre otras cosas por el aparcamiento de Michael Schumacher para estropear la vuelta de Alonso y poder mantener la pole. La última y que da acceso a meta, es posible golpear la valla interior y la exterior siendo el ejemplo perfecto de que este circuito no da un solo respiro.
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Historia del automovilismo
Esta ciudad ha dejado recuerdos para la historia casi en cada una de sus ediciones. Sin ir más lejos, el año pasado Daniel Ricciardo tenía su ansiada victoria en el principado tras habérsele escapado el año anterior por el horrible pit stop de Red Bull. Y esta no fue nada fácil, pe
se a tener la pole porque se quedó sin 150CV de su motor eléctrico durante más de la mitad de la carrera, haciendo más impresionante y memorable su victoria.
Podríamos hablar de las victorias de Ayrton Senna en el principado, pero nos vamos a quedar con su debut con el Toleman en 1984 donde bajo un auténtico diluvio y lejos de tener el mejor coche, el brasileño demostró el enorme talento que tenía. No llegó a ganar la carrera porque apareció la bandera roja cuando estaba a punto de adelantar a Prost, pero el recital de conducción quedará para la historia.
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No nos podíamos olvidar de Niki Lauda en esta máquina del tiempo, con sus dos victorias a bordo del Ferrari, destacando la de 1976 donde le metió más de 34 segundos a Jodie Sceckeckter que acabó en segunda posición dando una lección de conducción, velocidad y precisión que forma parte de la historia dorada de la Fórmula 1 y del circuito.
Este año la efeméride es para Kimi Raikkonen que cumplirá 300 GPs con Alfa Romeo tras empezar con Sauber y pasar por las calles del principado con McLaren y Ferrari a lo largo de casi dos décadas.
La suerte ya está echada y veremos que dictamina la ruleta de emociones de las calles de Mónaco, ¡Hagan sus apuestas!
