La salida masiva del pueblo andaluz para reclamar su autonomía acabó con el trágico asesinato de Caparrós.
El 4D es un día marcado en el calendario de los andaluces por su significado. Hace 43 años, Andalucía se echaba a la calle para luchar por su autonomía. Había sido iniciada en la Segunda República, pero no pudo concluirse por el golpe de estado de 1936 y la posterior dictadura.
Dos millones de andaluces inundaban las calles de las ciudades andaluzas bajo las consignas de «libertad, amnistía y estatuto de autonomía». Para alcanzarla, Andalucía decía no al artículo 143 de la constitución, más lento en su tramitación y no establecía instituciones autonómicas, lo que limitaba las competencias; y sí al artículo 151, que la equiparaba a las autonomías reconocidas como históricas (Galicia, País Vasco y Cataluña).
El asesinato de Caparrós, un símbolo de la lucha
Entre esos dos millones de manifestantes se encontraba un joven malagueño de 18 años, Manuel José García Caparrós. Su muerte se produjo por el alcance de un disparo utilizado por la policía para dispersar la manifestación. El pueblo andaluz, especialmente la ciudad de Málaga, cayó en la conmoción y el enfado, lo que produjo los dos días después altercados en las calles y que la capital malagueña estuviera en Estado de Excepción hasta el entierro del joven.
El caso de Caparrós tuvo una escasa investigación y el agente al que apuntaban como posible responsable nunca tuvo que responder ante un juez. Esta persona murió hace varios años, llevándose su testimonio y quizás la verdadera historia de lo ocurrido. Hoy en día su familia sigue pidiendo justicia por él y por todos los que perdieron su vida en la Transición.
Aun así, las instituciones y el pueblo andaluz no han dudado en mantener en la historia la lucha del joven sindicalista con reconocimientos a título póstumo y el recuerdo del pueblo cada 4 de diciembre.
