El Villarreal y el Real Madrid firmaron el empate a dos en el encuentro que enfrentaba a los dos equipos tras el aplazamiento realizado por la disputa del Mundial de Clubes del conjunto merengue.
Los médicos suelen aconsejar que en navidades hay que llevar cuidado con el azúcar. Un polvorón por aquí y un trocito de turrón por allá y ya te has pasado del límite que te propusiste antes de vacaciones. Pues bien, parece que el Real Madrid se tomó el régimen a raja tabla. Y es que tras una primera parte seria y con actitud, el conjunto de Solari fue un fantasma sobre el verde de La Cerámica en el segundo tiempo.
Fuente: @realmadrid
Los onces
Ambos equipos presentaban novedades en sus alineaciones. Luis García Plaza volvía a contar con Santi Cazorla de inicio (vaya decisión acabó siendo) y daba entrada a Javi Fuego por un desacertado Manu Trigueros para dar mayor consistencia al centro del campo. Además, el mexicano Miguel Layún, que no tuvo la mejor de sus noches, se colaba en el once por el sancionado Mario Gaspar.
Por parte del Real Madrid, volvía Casemiro a su puesto, el de pivote, aprovechando la ausencia del canterano Marcos Llorente por lesión. Por lo demás, Solari mantenía su once de gala volviendo a confiar en Bale y Lucas Vázquez para las bandas.
Inicio de locura
Cabe destacar el bonito gesto que tuvo el Villarreal realizando el pasillo al Real Madrid por la consecución del título del Mundial de Clubes, pero sin duda el mejor regalo que nos podrían hacer los dos conjuntos era un partido atractivo, bonito y trepidante. Y manos a la obra se pusieron. Tanto es así que ya en el minuto 4, Santi Cazorla aprovecharía un buen balón filtrado del nigeriano Samu Chukwueze, que volvió a ser de lo mejor del submarino, para, con un disparo marca de la casa, inaugurar el marcador del partido.
Sin embargo, un error en la salida de balón de Álvaro González, permitiría que entre Lucas con el centro y Benzema con el remate, fabricaran el empate tan solo tres minutos después. El Madrid se reponía del gol y empezaba a dominar. Y es que los siguientes minutos iban a tener sabor francés, ya que de la mano del juego fantástico que desplegó el propio Benzema y del acertado remate de Varane en el minuto 20, el Madrid se adelantaría en el marcador en un visto y no visto.
Fuente: @realmadrid
Una banda determinante
Si algo se puede destacar del partido fue los bonitos duelos que disputaron en la misma banda Samu contra Marcelo y Bale contra Layún. Ambos atacantes consiguieron salir casi siempre victoriosos de sus defensores debido a la velocidad innata que poseen, y más de una ocasión llegó por sus botas.
No obstante, el Madrid perdería este recurso ofensivo debido a la enésima lesión de Gareth Bale. El galés notó unas molestias en su gemelo izquierdo en el minuto 38′ y tuvo que ser sustituido en el descanso por Isco.
Segunda parte insulsa
Si bien el inicio del encuentro fue vertiginoso y prometedor, el comienzo de la segunda mitad no deparaba nada esperanzador. Ambos equipos parecían querer aumentar el dato de posesión de balón, ya que únicamente se dedicaban a mover el esférico de un lado a otro del campo. Sin ocasiones, sin atrevimiento, ninguno arriesgaba.
Lucas Vázquez dispuso de un claro mano a mano en el minuto 65 tras otro fallo de la defensa grogueta en la salida de balón, pero Asenjo se hizo enorme y consiguió sacar un pie salvador.
Fuente: @VillarrealCF
Los cambios animan el partido
Luis García consideró dar entrada a Ekambi y Bacca, sus dos delanteros disponibles en el banquillo y, con ellos, el Villarreal empezó a dominar el encuentro. Se notaba más incisivo al conjunto amarillo, desesperado por conseguir los puntos que le sacaran de la zona de descenso. El Madrid, por su parte, se dedicaba a intentar dormir el partido con jugadas de combinación largas y desesperantes, que no acababan en ninguna ocasión clara y que hacía ver las pocas ideas que tiene este equipo en determinados momentos.
El más pequeñito se hizo el más grande
Si hay alguien que no sabe lo que es rendirse bajo ningún concepto, ese es Santi Cazorla. El asturiano está aprovechando lo máximo posible su «vuelta» al fútbol después de su periplo de lesiones y hasta parece llevar en ocasiones el brazalete de capitán sin serlo. Por ello, cuando Manu Trigueros, que acababa de entrar al partido, puso un balón templado al área, allí apareció él (con la mirada pasiva de la defensa del Madrid, eso sí) para cabecear al fondo de las mallas el balón y poner el empate en el marcador.
Un punto muy importante para el Villarreal
Una vez finalizado el partido, el Real Madrid se mantiene como 4º clasificado, a 7 puntos del FC Barcelona. El Villarreal por su parte, consigue sumar un granito de arena más en su lucha por la salvación y ya se encuentra igualado con el Athletic Club de Bilbao con 16 puntos, marcando la zona roja de la tabla.
