El Real Madrid se deja tres puntos en un partido donde el Levante fue mejor y que tuvo como protagonista al frío y al equipo arbitral
El Real Madrid recibía al Levante en un duelo crucial para las de Toril querían seguir el ritmo del Barcelona.
Primera parte
El clima en Madrid era muy frío y eso se contagio a las locales que salieron sin ideas y a esperar una genialidad de Linda o de Bruun, pero como suele pasar en la mayoría de casos si no haces nada para anotar no anotas, como le ha pasado al Madrid.
De hecho la empanada general de Toril, contagiada al colegiado que no vio como su asistente levantaba la bandera, se convirtió en el primero del Levante en el 12 de Fernández, ante la pasividad de la defensa y de Misa, que esta temporada viene siendo una sombra de la Misa de años anteriores.
El gol que normalmente activa al equipo de Toril esta vez no, siguió la empanada de domingo por la tarde y el Levante olió la sangré, no se transformo en goles pero si en peligro hacía la portería de una Misa que no tenía ideas ni para atajar balones ni para iniciar ataques.
Los 2.557 espectadores que se agolpaban en las gradas del Di Stéfano se desesperaban y pedían soluciones a un Toril que veía implacable como su equipo perdía, no daba instrucciones, no mandaba calentar a nadie solo miraba como deseando irse al descanso para no mojarse más.

Segunda parte
El Madrid sacó la sangre caliente en la segunda parte, se hizo con el control del balón y comenzó a generar peligro sobre la meta visitante. La primera de Linda la sacó la línea defensiva pero la segunda a pase de la muerte de Olga fue para dentro lo que era el empate a uno de las de Toril.
A partir de aquí el partido se hizo de color blanco y Levante comenzaba a perseguir sombras y a cazar contras, el partido se ponía caliente para todos menos para el árbitro que se dejó las gafas en casa y pitó un fuera de juego donde no era, que supuso la expulsión de un auxiliar madridista y amarillas a Ivana y a Linda.
Poco después el colegiado se comía una mano del Levante que acababa en córner para las visitantes y posteriormente en gol lo que suponía el 1-2 y la explosión en insultos de la grada del Di Stéfano.
El Madrid se volvió a volcar al ataque pero o bien la portera o bien la falta de puntería derivada del nerviosismo hizo que el marcador no se moviera y los tres puntos se fueran de vuelta a Valencia.
