En una inesperada y sorprendente noticia, Luis Rubiales continúa como presidente de la Federación Española de Fútbol a pesar de las previsiones y noticias que sugerían su posible renuncia. En una asamblea marcada por el debate, Rubiales ha afirmado con firmeza: «No tengo intenciones de presentar mi dimisión».
Durante la intensa reunión, el líder federativo recibió ovaciones en varias ocasiones y aprovechó para expresar su arrepentimiento por su polémico gesto en el palco, en el cual se tocó los genitales. Además, pidió disculpas por el incidente del beso alegando que fue «contextual» y que fue un acto «consensuado y espontáneo». Rubiales defendió su administración como «la más exitosa en la historia del fútbol español».
En un giro inesperado, Rubiales anunció su intención de emprender acciones legales contra Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Echenique, quienes lo acusaron públicamente. Manteniendo una postura firme, Rubiales declaró: «No veo motivos justificables para renunciar».
Frente a la asamblea, Rubiales se autodefinió como víctima de un «linchamiento social» y una «caza de brujas» por parte de sus opositores habituales. Afirmó su determinación de llevar a los tribunales sus diferencias con los mencionados políticos. Además, en un momento emotivo, criticó lo que llamó «falso feminismo», considerándolo un problema y enfatizando que su versión de los acontecimientos es la verdadera.
El presidente se centró en explicar el controvertido episodio del beso con Jennifer Hermoso, destacando: «Le pregunté si podía darle un beso y ella aceptó». Rubiales argumentó que no existía ningún deseo no correspondido ni abuso de poder en la situación y que esto era ampliamente comprendido por las personas.