y no fue. La tarde se antojaba idílica, emotiva; en definitiva, especial. Campo nuevo, el Barça como visitante y sobre todo, el homenaje por todo lo alto -nunca mejor dicho- a Imanol Agirretxe.
Y mira que la cosa no empezó mal (1-0; min. 12); pero a mi algo ya me hacía daño a la vista… Pardo de mediapunta, ¿pero qué es esto? ¿A caso Garitano no sabe que cuando mejor estuvo fue actuando de pivote en aquel Betis de Víctor Sánchez del Amo? Parece no recordar que contamos con Luca Sangalli o el mismo David Zurutuza para esa posición. Y lo que ya sería la apuesta por antonomasia del menda es Mikel Oyarzabal por detrás del punta. Puesto en el que ya le vimos cuando estaba en el Sanse, y mira donde está ahora…
Pero bueno, vamos al grano. En el primer tiempo he visto a un Ruben Pardo algo perdido, fuera de lugar como puede llegar a entenderse. Algo lento con el balón en los pies -tampoco ha sido demasiado palpable- pero lo que me ha llamado más la atención (por desgracia) , ha sido el cómo iba a la presión y cuando iba. Junto a un experto en el oficio de poner nerviosete al guardameta rival como Juanmi, Pardo iba como loco a por Ter Stegen, como si de un fajo de billetes de 500 se tratara. No sabe de que va el asunto, y eso perjudica a los suyos. En una ocasión hasta el propio Juanmi se encargó de corregirle.
Charlita recibida y ya sobre el verde, tengo que admitir que me calló el bueno de Pardo. Con más espacios debido al ultraofensivo Barcelona de las necesidades, la Real a los mandos de Pardo montó alguna que otra contra que…. bueno, ahora hablamos de eso…
Las contras no se le dan a la Real. Tocar, tocan bien, pero cuando toca armar el contragolpe los blanquiazules son incapaces de rematar la faena. Véanse como claros ejemplos los clarísimos contraataques que los de Garitano tuvieron en los 50´- 60´ del choque. Ni Oyarzabal, ni Juanmi, ni Theo pudieron hacer la sentencia. Y claro, el que mucho perdona… lo acaba pagando muy pero que muy caro, en este caso a modo de 1-2 por mediación de Luisito y Dembele.
Triste pero cierto: la Real las tuvo de todos los colores pero no lograron besar la red por partida doble. Agirretxe se quedó sin poner la guinda al pastel a su tarde…
