El verano madridista ha tenido bastantes sobresaltos. La salidas de Zidane y Cristiano Ronaldo obligaron a un cambio de rumbo drástico. El nuevo míster no tuvo un comienzo sencillo pero parece que poco a poco va cogiendo rumbo.
El ‘nuevo’ Real Madrid, desde la llegada de Julen Lopetegui comenzó con una pretemporada en la que perdió ante el Manchester United. Una piedra de toque que comenzaba con además del nuevo míster la inexistencia de un futbolista que portara el ‘7’. Posteriormente ganaría a una Roma y a una Juventus (sin Cristiano) que hacía resarcirse de alguna manera el partido ante el club inglés.
Cabe destacar que mientras salía el portugués, llegaba el diamante brasileño Vinicius, un joven guardameta ucranianio, Lunin, y el lateral derecho procedente de la Real Sociedad, Álvaro Odriozola. El siguiente partido sería la fiesta madridista por excelencia. El Trofeo Santiago Bernabéu. Allí tendría como rival un Milán que no conseguiría sorprender al equipo blanco. En ese equipo se encontraba ya el exmadridista Gonzalo Higuaín que volvía al Bernabéu. Como nota también especial, Borja Mayoral conseguiría marcar demostrando que la pólvora del canterano está lista para cuando el nuevo entrenador precise oportuno.
El siguiente encuentro no obtuvo el resultado esperado. Además era el primer duelo oficial de la campaña. Ante el Atlético de Madrid en la Supercopa de Europa. Diego Costa era el primero en deshacer el resultado inicial y el causante de que llegara el partido a la prorroga, empatando a dos el resultado. En la primera parte de la prórroga el Atlético conseguía los dos goles con los que terminaría la final. Dos a cuatro y la Supercopa para los colchoneros.
Esto hacía crear ciertos murmullos en los mentideros de algunos sectores madridistas. La necesidad de un ‘9‘, un recambio para Cristiano… Unida a la llegada poco antes del título continental por parte de Courtois, hacía que se considerase que era más importante la llegada de un futbolista de campo que un guardameta. Y así se llegó al encuentro de Liga del Getafe. Victoria con oficio y calidad.
No parecía convencer el equipo. Primer partido en casa victoria ante otro equipo madrileño, pero parecía que faltaba algo. Casualmente la falta de gol no parecía ser. Pero no terminaba de convencer a la parroquia de Chamartin. Y así llegó el encuentro ante el Girona. Un conjunto que el curso pasado sorprendió a los de, entonces, Zidane venciendoles en su campo por dos a uno. Sin embargo, y a pesar de que el equipo gerundense se puso por delante, los de Lopetegui dieron la vuelta y terminaron venciendo por uno a cuatro.
Más control de balón y mayor presencia en el campo, especialmente en la segunda mitad; hizo que el equipo se sacudiera de los posibles problemas que hubieran surgido si el conjunto no hubiera dado la vuelta al partido. El próximo rival es el Leganés, un equipo que el curso pasado les apeó en Copa. De nuevo, los de Lopetegui podrían alejar fantasmas del pasado e ir evolucionando en esta nueva etapa.
