El equipo de Sergio González gana su primer partido en este curso como visitante. En cambio, los de Diego Martínez caen por primera vez en Los Cármenes.
No hay mejor formar de definir un domingo que la primera parte de este partido. Sin emoción, con errores, jugadores llegando tarde al balón, rodillas maltrechas y pelotazos en la cara. Este fue el resumen de 45 minutos en la que el mérito era no contagiarse de los adormecidos jugadores. Pero entre ellos surgió un jugón: Sergi Guardiola. El ‘7’ blanquivioleta fue el único que se puso el mono de trabajo para ponerle chispa al encuentro.
El parón de selecciones no tenía previsto afectar a ambos equipos ante los pocos jugadores internacionales que presentan en sus plantillas. Sin embargo, los 22 jugadores parecían encontrarse bajos de forma, puede que afectados por el cansancio de las anteriores jornadas.
Guardiola, el delantero que pide Sergio
Comenzó de cara el partido para el Real Valladolid. Guardiola se imaginó un pase entre un bosque de piernas para habilitar a Óscar Plano en solitario frente a Rui Silva. En esa jugada, Plano demostró la “leyenda” no escrita sobre los jugadores zurdos, estos manejan peor su pierna menos natural que los diestros. Lo tenía todo de cara el extremo madrileño para poner el 0-1, pero su disparo con la diestra no encontró ni la portería rival.
Guardiola estaba en su salsa. Habituado a ser un jugador irregular y cuyo compromiso, en ocasiones, deja mucho que desear, hoy estaba realizando los mejores minutos de la temporada. Con movilidad y libertad ofrece su mejor versión. Por el cuadro granadino era Darwin Machís el que intentaba liderar a su equipo a base de jugadas individuales, pero ni él ni sus compañeros lograban conectar con el partido.
El gol se le resistía al Real Valladolid durante toda la primera parte. Guardiola tuvo la ocasión que Plano no supo aprovechar en el inicio del encuentro, pero su disparo, demasiado cruzado, tampoco encontró portería. De la forma más inesperada llegaría el primer tanto, Guardiola pudo realizar un centro cuando parecía acorralado en una de las esquinas del campo y Plano remató el tenso envío en el primer palo para batir a Rui Silva.
El posible despegue del Real Valladolid
45 minutos para olvidar del Granada y un comienzo de segunda parte que presagiaba cambios de Diego Martínez. Marcos André, en el minuto 53, puso el 0-2 en el marcador con una jugada individual que le diferencia del resto. Conducción con balón directo hacia al área, amago y remate cruzado y raso. Tanto de puro ‘9’.
La emoción que le faltó a la primera mitad se superó en la segunda. El Granada no desistió y Domingos Duarte marcó el 1-2 tras recoger un rebote dentro del área de Masip. De nuevo, los nervios empezaban a apoderarse de los vallisoletanos y de Sergio González. Otra ventaja no podía verse desperdiciada. Repliegue y aguantar el esperado asedio rival, ese era el plan para conseguir los tres puntos. Pero no era el día del Granada. Luis Milla, confundido durante los 90 minutos, perdió un balón ante la presencia del joven Jota que, con calma y sencillez, sentenció el partido. Debut y celebración como si se tratase de una final. La imagen de un jugador liberado y del que se espera su verdadera explosión. Lo mismo se podría decir del Real Valladolid. Esta primera victoria a domicilio, segunda seguida de la temporada, puede ser el inicio de un equipo con otras aspiraciones al margen de la salvación.
FICHA TÉCNICA
Granada CF: Rui Silva; Foulquier, Germán, Domingos Duarte, Neva; Gonalons (Luis Suárez 54’), Luis Milla, Montoro (Soro 80’); Darwin Machís, Fede Vico (Yangel Herrera 54’), Jorge Molina (Soldado 54’).
Real Valladolid: Masip; Hervías (Javi Sánchez 76’), Joaquín, Bruno, Nacho; Fede San Emeterio (Toni Villa 77’), Alcaraz, Orellana (Janko 68’), Óscar Plano (Jota 76’); Sergi Guardiola, Marcos André.
Goles: Óscar Plano (0-1, 45+2’), Marcos André (0-2, 53’), Domingos Duarte (1-2, 63’), Jota (1-3, 90’).
Árbitro/VAR: Medié Jiménez/Iglesias Villanueva.
Estadio: Nuevo Los Cármenes.
