Luka Doncic ha sembrado el miedo en la ciudad tejana al dejar el encuentro frente a Miami Heat en los primeros minutos por un torcedura de tobillo
Casi un triple-doble está promediando, 29.3ppp, 9.6rpp y 8.9app. Parece que del mismísimo Westbrook estuviésemos hablando, pero no. Estas son las estadísticas del joven Luka Doncic. El esloveno a estas alturas de la temporada se codea con el rey y con los príncipes en las conversaciones por el MVP.
La temporada pasada a la espera de la recuperación del escudero de Luka, Kripstas Porzingis, Dallas acabó décimo-cuarto en la clasificación de la conferencia oeste. A día de hoy, la franquicia tejana se encuentra tercera (17-8) solo por detrás de las dos franquicias angelinas.
Por unos instantes, este estado de gracia que se vivía en Dallas se desvaneció de un plumazo. La jornada NBA enfrentó a Miami Heat y a Dallas Mavericks. Tras un minuto y cuarenta segundos transcurridos de encuentro, el jugador en una entrada a canasta, chafó a Kendrick Nunn. Esta acción provocó una brutal torcedura en su tobillo derecho. Tras Luka perder el balón, el juego continuó, mientras el joven se retorcía de dolor tras la canasta y junto a sus aficionados.
Al finalizar el partido, el técnico Rick Carlisle, salió a rueda de prensa a calmar los ánimos «Creemos que no es nada serio, los rayos X resultaron negativos«. Al día siguiente el periodista de ESPN, Tim MacMahon, informaba de que la lesión de Luka se trataba de un esguince moderado. A esta información, el periodista español Sergio Andrés, añadía que el esloveno podría estar de vuelta a las canchas en unas dos semanas.
Barato ha sido este susto en la franquicia tejana. Ahora les queda afrontar una gira contra los líderes del este sin el «posible» MVP. El lunes se enfrentarán a los Milwaukee Bucks, el miércoles a los Boston Celtics y el viernes se medirán frente a los Philadelphia 76ers.
Largas se harán estas dos semanas para todo aficionado a la NBA, ya que el jovencito ha conseguido que gente no afionada a la mejor liga del mundo trasnoche solo para verlo a él jugar mientras sonríe como un niño en el patio del colegio.