Hace apenas cuatro días el Movistar Estudiantes anunciaba la incorporación de José Juan Barea, exjugador de los Dallas Mavericks, hasta final de año
Veteranía, liderazgo, carácter y mucho baloncesto. Esos son los adjetivos que mejor definen a José Juan Barea, el nuevo flamante fichaje del Movistar Estudiantes. El veterano base puertorriqueño de 36 años abandonó la disciplina de los Mavericks en diciembre después de renovar con ellos. Fue el agradecimiento de Mark Cuban al último jugador que quedaba de aquella plantilla que en 2011 batió a los Heats de LeBron, Bosh y Wade. Deja tras de si más de una década en las filas de Dallas y un anillo en unas finales para el recuerdo.
Ya lo decía JJ Barea hace unos años en una entrevista que concedió a Marca. El menudo base (1,78 m) quería jugar en la liga española si algún día abandonaba la disciplina de la NBA. ¿Por qué la ACB? A parte de por su nivel, Barea tiene antepasados por parte de la rama familiar materna que provienen de León. Un motivo de peso para querer triunfar en España. Se incorporará al equipo capitalino hasta final de temporada.
Toda una vida en la NBA
JJ Barea deja atrás una etapa de casi 15 años en la NBA. 11 temporadas con los Mavericks y tres en los Minnesota Timberwolves, en los que recaló tras alzarse con el campeonato de la NBA. En temporada regular ha disputado un total de 831 partidos en los que ha promediado 8,9 puntos, 2,1 rebotes y 3,9 asistencias. En los Playoffs han sido 50 los encuentros en los que saltó a la cancha, todos ellos con la elástica de los texanos.
El base puertorriqueño tuvo un comienzo complicado. Formado en la Universidad de Northeastern en Boston, dio el salto a la NBA en 2006, aunque no fue seleccionado en el Draft. El primer año alternó sus participaciones entre el primer equipo de Dallas y su filial en la D-League. En los ‘Mavs’ tuvo una presencia marginal, tan solo 33 partidos con menos de seis minutos por encuentro. En su segunda temporada tuvo mejores sensaciones, sin embargo, fue en la tercera cuando Barea se alzó como uno de los jugadores claves desde el banco: 20 minutos y 7,8 puntos por encuentro. Números que se mantendrían hasta que llegó el cambio de aires hacia Minneapolis.
Fue a partir de vencer a los Heat, donde fue una de las claves del equipo por su intensidad, cuando Barea comenzó a superar la decena de puntos. En los Wolves pasó tres temporadas a pesar de tener contrato por cuatro. Volvió a su hogar, a Dallas. Allí siguió dando guerra, pero el paso del tiempo y las lesiones castigaron al base y a su equipo. Unos últimos playoffs en los que su presencia fue residual (tan solo un partido y cinco minutos jugados) fue su despedida de su hogar durante 11 años.
¿Cómo juega?
JJ Barea conoce a la perfección el baloncesto FIBA, por lo que su adaptación a este no supondrá ningún problema. Es todo un clásico de la selección puertorriqueña, en la que ha conseguido una medalla de oro de los Juegos Panamericanos de 2011 y de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006 y 2011.
Barea es un base anotador, aunque también destaca por su buena visión de juego. Es un jugador a la antigua usanza. A pesar de su corta altura, el puertorriqueño pisa mucho la zona, anotando con contactos, cambios de peso o con rectificados frente a rivales de mayor altura y envergadura.
Zamora deberá de integrarlo en un equipo con mucho calibre ofensivo. Jugadores como Avramovic, Robertson o Gentile son jugadores que amasan mucho balón y son buenos anotadores. Esto pone en duda el papel de Barea, que es mucho más eficiente como generador y con el balón en sus manos. A todos esos nombres habrá que añadir pronto el de Edwin Jackson, un jugador con una tremenda calidad ofensiva. Mucha pólvora para Zamora, que dirigirá uno de los mejores equipos del Estudiantes en los últimos años.
