Victoria contundente de los chicos de Pablo Laso compensando el sufrimiento cosechado en partidos anteriores
El líder necesitaba una víctima propicia para que la afición dejara de tener el corazón en el puño. El conjunto fuenlabreño era una víctima propicia, ya que a día de hoy está peleando por el descenso. Además, Unicaja, uno de sus rivales, había derrotado al Juventut. Sin duda, se presentaba un derbi emocionante con diversos intereses.
Ante este panorama, los blancos comenzaron a imponer su ley desde la primera posesión de partido. Sin embargo, el Montakit Fuenlabrada impuso su intensidad en su afán de mantener la igualdad en el marcador.
Por otra parte, el Real Madrid intentó compensar su pólvora mojada durante los primeros minutos forzando de faltas al equipo de Jota Cuspinera. Habiendo logrado el objetivo, Pablo dio entrada a la dupla Rudy-Llull para que el líder impusiera su ley en ataque.
El segundo cuarto supuso el despegue definitivo. Carroll, Laprovitta y Deck comenzaron a esparcir su dinamita. mientras que Felipe Reyes y Jordan Mitchey imponían su ley en defensa.
Al inicio de la segunda parte, Fuenlabrada tenía la intención de evitar la sangría sufrida en la Supercopa y meterse en el partido. Salió a por todas en ataque, olvidando en mayor medida las tareas defensiva. Este hecho provocó que Randolph incrementara su bagaje anotador.
De este modo, Montakit Fuenlabrada sentía como los treinta puntos de ventaja pesaban como una losa mientras que el Real Madrid podía permitirse el jugar con mayor tranquilidad en la segunda parte. Sin embargo, la palabra tranquilidad nunca existió en el diccionario de Deck, por lo que no dudó en sudar hasta la última gota de sangre en los minutos finales.
Finalmente, el WiZink reflejó un 89-64 menos abultado que hace unas semanas, pero que sigue alimentando una maldición para el Montakit que se inició en 2005, y a día de hoy, parece que no va a romperse.