Como ya adelantamos, el grupo barcelonés ofreció este fin de semana cuatro actuaciones especiales para las que contaron con la colaboración de numerosos artistas. TimeJust acudió al cierre de sus Live Sessions, y de sus actuaciones de este año
Fue un fin de semana intenso para La sra. Tomasa. Sábado y domingo lo dieron todo, hasta el punto de que en la última sesión, el cantante Pau Lobo, apenas sí tenía voz. Esta adversidad no hizo que mermara su energía, sino que lo dio todo en escena, al igual que todos los artistas presentes.
Durante el concierto, Pau se ayudó de carteles para comunicarse con el público
Las sesiones tuvieron lugar en la Hangar de Barcelona, una sala amplia pero dispuesta de tal modo que buscaba la cercanía de los músicos con su público. El espectáculo de 360º situaba a los primeros en el centro de la estancia, sobre una amplia alfombra que acentuaba la sensación hogareña.
El ambiente era intencionadamente acogedor, sensaciones que se potenciaron en todo momento tanto por la actitud de los artistas como por la de los asistentes. Una voz en off pidió desde el primer momento que además de disfrutar del concierto, se respetasen unos a otros; el buen rollo reinó aquella noche.
Minutos antes de las nueve aparecieron en escena los músicos. La sra. Tomasa, saludaban y daban comienzo al espectáculo ante un público entregado desde el primer segundo.
Comenzaron con su conocida Es lo que hay, y enseguida entró el primer invitado, Joan Garriga, acompañado de su acordeón para interpretar El son, tema durante el cual también se puso el foco, literalmente, en los instrumentistas.
Llegó entonces el turno de Macio Ramírez rapeando un par de temas, haciendo uso en determinado momento de la batería, lo que motivó más aún al público.
La voz en off volvió a escena y el ambiente se tornó casi misterioso, con una luz tenue. Era la anticipación a la potente entrada de Niño Maldito, que permaneció en escena durante un par de canciones más para darlo todo.
Una de las mayores ovaciones se escuchLa sra. Tomasa despiden el 2018 muy bien acompañadosLa sra. Tomasa despiden el 2018 muy bien acompañados cuando se anunció la entrada de Sr. Wilson. El cantante de reggae cantó un tema y enseguida se le unió Adala para ofrecernos con él y con Pau la canción Sepa mi gente.
Volvió la calma con un sonido que recordaba al agua, muy relajante. Ahyvin Bruno, quien había estado presente sin cobrar protagonismo, se adelantó y encandiló a todos los presentes con su voz y su ritmo. Ella e Indestructibles fueron temas que nos pusieron a bailar todavía más, y la propia Bruno interpeló en varios momentos al público para poner en común temas como el amor y la decepción.
En todo momento se notó una gran complicidad entre Ahyvin y Pau
Tras Ahyvin llegó otra poderosa voz femenina, Desi Diouf, cantando con un estilo soul que puso un tono muy interesante a tan variado concierto. Un solo de saxofón arrancó los vítores del entregado público.
El siguiente momento fue muy especial. Con un susurro, ya que su voz no daba para más en aquel momento, Pau Lobo pronunció un hermoso discurso de agradecimiento a la vida. «La vida es muy bonita pero también es una hija de puta. Por ejemplo, yo ahora estoy aquí, puteadísimo», afirmó, bromeando con su problema vocal, y arrancando risas y aplausos. Prosiguió hablando del paso del tiempo y de la vida. «Debemos querernos a nosotros mismos tal como somos. Con la intención de mejorar como personas cada día. Tenemos que querernos tanto, tanto, tanto que podamos brillar», manifestó, sosteniendo una pequeña bola de discoteca y haciendo que todos los presentes brillaran literalmente.
Tras los vítores, cantó Soy así, con la poca voz que le quedaba y el coro de su público y amigos. Fue un momento espectacular por la entrega de todos, viviéndolo a tope, igual que los espectadores.
Llegaba el momento de la despedida y nadie quería irse. Pau presentó uno por uno a los músicos, y animó a todos, incluidos los técnicos de sonido, a que bajasen al escenario para un gran abrazo colectivo. Aquella noche inolvidable acababa como había sido, con emoción y toneladas de buen rollo.
El abrazo final
