A fecha 10 de febrero de este curioso 2021 tenemos el privilegio de asistir a uno de los contados conciertos que nuestra capital nos ofrece. Y no se me ocurre mejor contexto que el del Palacio de la Prensa para recibir a los eclécticos Leon Coeur.
Para los que no los conozcáis, este grupo, predominantemente compuesto por dos estrellas ( Hugo y Will) que, por cierto, hoy vienen con una estética muy retro recordando a los más puros cowboys de la Costa oeste, beben de gran cantidad de influencias y han pasado por todo tipo de géneros hasta conformar lo que son.
«Siempre hemos compuesto juntos, lo que uno no sabe hacer lo hace el otro» confiesan entre bambalinas tras sus mascarillas que no impiden que trasluzca su excitación: «esto para nosotros es un privilegio»- añaden. Lo que este par de jóvenes no entiende es que el privilegio, verdaderamente es nuestro. Su voz, su energía y sus letras nos han devuelto un poco de la normalidad que tanto echábamos de menos.
Y es que escuchar a este par de chicos sea en una sala de conciertos, en un festival internacional o en una callejuela de Trafalgar Square es un regalo para todos los melómanos como yo, que nos hemos recorrido medio mundo intentando buscar lo que ellos tienen: magia.
A ritmo de su archi- conocida Ceniza y alquitrán nos entraron ganas de saltar desde los sofás gritando la promesa de no, «no voy a ponerme de rodillas y esperar que salga bien». Sin embargo, estos chicos saben mucho de domar a fieras vestidas de tela FP2 y separadas por los reglamentarios dos metros: suena Dime y bajan las pulsaciones: «Aquí hemos venido a llorar» suelta Will, mientras va subiendo el volumen de su guitarra bicolor.
Y, he de confesaros, que pude apreciar alguna cara un tanto compungida mientras los chicos nos prometen «que nos buscarán otra vez».
«Esta canción es muy especial para ambos, » es una de las primeras que escribimos en castellano», espero que vengan muchas más.
Llega el final de este brevísimo déja-vu: Los Ángeles nos sorprende a todos por su frescura y su ritmo. «No nos pidáis más que no va a colar», el toque de queda nos llama.
Pero tranquilos, Leon Coeur ha dejado «limonada encima de la mesa y vuestro cepillo en el baño«, prometen volver para terminarse lo que han empezado. Mientras, nosotros nos quedamos «recuperándonos de esto» arropados con un Shame on you cargado de emociones.
