Esta tarde se inaugura Kosmopolis en el CCCB de Barcelona. Hemos echado un vistazo a uno de sus espacios más sorprendentes, el Laboratorio de Historias, y esto es lo que hemos encontrado.
En este Laboratorio de historias se nos presenta toda clase de artefactos narrativos que van más allá del papel para comunicar historias, o sencillamente, experimentar con ellas. Un acercamiento que no deja indiferente, y que contará a lo largo de Kosmopolis con la presencia de los autores y artistas que los han ideado.
Nueva oralidad

“Nueva oralidad”
Porque la literatura no se limita a los sentidos con los que contemos, los audiolibros no podían faltar en esta muestra, como la evolución natural de la tradición oral.
Inteligencias artificiales

“Inteligencias artificiales”

Tinderbot
¿Es posible ligar con una máquina? ¿Y si os dijéramos que existe una inteligencia artificial que conversa por Tinder usando frases extraídas de una novela romántica? Lady Chatterley’s Tinderbot es una instalación Que recoge estas conversaciones entre persona y máquina, y que invita a la reflexión.

El mal alumno
Otra de las instalaciones más sorprendentes del Laboratorio de historias es el Mal alumno: la máquina aprende poesías de Josep Pedrals, y a partir de ellas, es capaz de componer las suyas propias, siguiendo el estilo del autor. ¿De quién es, pues, la autoría de las piezas que genera la inteligencia artificial? Juzgad vosotros mismos.
Relatos inmersivos

“Relatos inmersivos”
No podía faltar la experiencia 360 en un laboratorio de historias. Podremos disfrutar de distintas piezas que nos inmersionarán como nunca en sus universos.
Mucho más que libros

“Esto no va de libros”

Hilos de Twitter
Si algo demuestra el laboratorio de historias, es que los relatos van mucho más allá de la narración convencional. Por eso, la muestra cuenta con la presencia de libros interactivos, videojuegos, e incluso hilos de Twitter como el del conocido Manuel Bartual: postficciones que experimentan con nuevas fórmulas de contar, y, como su esencia pide, entretener.
