Hace mucho tiempo, en una galaxia no tan lejana, George Lucas revolucionaba el panorama de la ciencia ficción, de la mercadotecnia e incluso del cine comercial con el estreno de una peliculita que se convertiría en un icono de la cultura popular.
La guerra de las galaxias, que luego se conocería como Una nueva esperanza y se numeraría como el cuarto episodio de la saga, llegó a los cines en 1977, dando el pistoletazo de salida a una franquicia increíblemente rentable y que, realmente, no necesita presentación. Le seguirían El imperio contraataca (1980) y El retorno del jedi (1983), formando la trilogía original que supuso el principal pilar del corpus del universo Star Wars hasta 1999, cuando se estrenó La amenaza fantasma y llevó la saga a nuevas generaciones.
Preparando el terreno para el lanzamiento de aquella segunda trilogía, en 1997 se celebró el vigésimo aniversario de la primera película con un reestreno en cines de la trilogía original. Además de ser la primera de las múltiples reediciones, mejoras, remasterizaciones, etc. que ha vivido la saga, este reestreno suponía el acercamiento de la obra a las nuevas generaciones y, como tal, era un hito a nivel comercial.
Así pues, cuando este reestreno llegó a los cines japoneses, se vio acompañado de la publicación de una adaptación en manga de Una nueva esperanza, ofreciendo un nuevo punto de entrada entre nuevos públicos. Esta adaptación corría a cargo de Hisao Tamaki, e inauguraría una serie de adaptaciones de algunas películas de la saga, así como historias fuera del canon, a cargo de diversos autores.
Poco después de publicarse en Japón, este manga llegó a España de la mano de la editorial Planeta, amparado bajo el título de la franquicia. Aquella publicación seguía el tirón de la marca Star Wars y, de hecho, las portadas eran carteles o dibujos promocionales de las películas originales, y poco tenían que ver con el arte de Tamaki.
Ha habido que esperar más de dos décadas para que Planeta se decidiera a reeditar este título, en esta ocasión en un único tomo, de pequeño formato, con tapa dura y sentido de lectura occidental. Aunque ya no renuncia a su identidad como manga (de hecho, el que se trate de una adaptación japonesa es un atractivo añadido en el mercado actual), se trata de una edición dirigida fundamentalmente a fans de Star Wars, así como a lectores casuales que puedan sentirse atraídos precisamente por la temática.
Posiblemente, el mayor defecto de esta edición sea la portada: un dibujo que recuerda a los carteles típicos de la película, pero con los diseños del manga y un coloreado un tanto tosco, que resta atractivo a las imágenes. Los tres protagonistas, Leia, Luke y Han Solo, presentan unos diseños que nada tienen que ver con los actores que encarnaban originalmente a los personajes, lo cual es un soplo de aire fresco, y el estilo de dibujo es muy propio de la época, trayendo a la memoria con facilidad grandes series de manga de los noventa.