Reseñamos la serie limitada de Howard el Pato, guionizada por Chip Zdarsky y dibujada por Joe Quinones, que recupera temporalmente a uno de los personajes más peculiares de Marvel
Bajo los títulos de Patochadas, La caza del pato y Buenas noches y buena suerte, Panini ha reunido en su colección 100% Marvel las nuevas aventuras de Howard el Pato, el personaje creado por Steve Gerber y Val Mayerick en 1973.
Se trata de un compendio de historias, sucesivas y aparentemente independientes, en las que Howard (como él mismo dice, no hace falta añadir la coletilla el Pato si no hay otro Howard en la sala) ejerce como investigador privado y se ve envuelto en las más rocambolescas aventuras.
La nefasta suerte de Howard hace que, desde el primer momento, sus casos más simples se magnifiquen, convirtiéndose en grandes empresas en las que su vida corre grave peligro de manera casi constante.
Así, el pato de la casa de las ideas vivirá una serie de aventuras de creciente intensidad, en las que participarán todo tipo de personajes del universo Marvel: desde Spiderman y la Tía May (que acabará haciendo las veces de secretaria o administrativa de la oficina de Howard), pasando por los Guardianes de la Galaxia, Galactus, Hulka o Daredevil y un larguísimo etcétera.
En este sentido, merece una mención especial el crossover con la Imbatible Chica Ardilla, protagonizando juntos una historia arquetípica de cazadores y presas en su búsqueda de un gato robado. Aunque todo el episodio es (fundamentalmente) en clave de humor, lo más hilarante son las notas a pie de página en la que los guionistas de ambas series dialogan, como si se tratase de las notas de preparación del cruce.
Tras una sucesión de episodios frenéticos en los que Howard es atrapado y clonado por el Coleccionista, se convierte en un nexo viviente entre realidades o recibe el poder cósmico de Estela Plateada, entre otros sucesos, el tercer volumen ofrece un cierre de la historia verdaderamente original y creativo.
Lo que hace Chip Zdarsky en el arco final de la historia es un auténtico homenaje al mundo del cómic en general, a los universos Marvel (comicológico y cinematográfico) en particular, y a la propia historia de Howard el Pato.
Además, merece la pena destacar también un recurso que tiene mayor presencia en la primera mitad de esta serie limitada. Se trata del uso de recuadros de texto para ofrecer explicaciones sobre lo que está ocurriendo, incluir comentarios o referencias a sucesos del Universo Marvel, tanto dentro como fuera de Howard el Pato, así como de otras series. Este recurso se emplea a medio camino entre el homenaje y la parodia de los cómics de los años setenta, que incluían profusas explicaciones sobre la continuidad.
El lector marvelita tendrá muy claro si le interesa o no esta serie. Para aquellos no tan familiarizados con él, tres síes: sí, Howard el Pato puede leerse conociendo poco de Marvel; sí, se disfruta más cuanto más se conozca; sí, el Universo Cinematográfico Marvel es de gran ayuda para ubicarse.