Llega el último día del Festival de San Sebastián 2020, tras unas medidas de sanitarias excepcionales, se puede decir que ha sido una de las mejores secciones oficiales en años. Las últimas películas que se han podido ver son ‘True Mothers’ de Naomi Kawase, ‘Falling’ de Viggo Mortensen y la clausura de ‘El olvido que seremos’.
Tras las dudas generadas por toda la situación de la COVID-19, lo cierto es que el Zinemaldia ha cumplido con creces: el festival optó por un menor número de películas, pases más espaciados, indicaciones sanitarias y una organización de lujo.
El penúltimo día se presentó a competición ‘True Mothers’, de la japonesa Naomi Kawase. La película trata sobre dos mujeres: una madre adoptiva y una madre biológica que da a su bebé en adopción. Ambas vivirán historias diferentes que las llevarán al mismo punto.
Copyright: Festival de San Sebastián
Sin duda Kawase filma una de sus películas más emotivas en esta ‘True Mothers’, que llega al corazón gracias a las miradas de sus protagonistas y a sus historias personales. Hitari, la madre biológica, es una muchacha que se quedó embarazada demasiado pronto y que tomó decisiones que la afectaron en su futuro; Satoko es una mujer que anhelaba ser madre pero que nunca tuvo la oportunidad.
El tratamiento de personajes al que se aproxima Kawase está lleno de cariño y amor. No puedes enfrentar a estas dos madres; ambas son mujeres que por varias decisiones de sus vidas han llegado a ese punto. A medio camino entre la intimidad y libertad, ‘True Mothers’ llega al corazón con una historia pequeña y devuelve a la directora japonesa a la cima tras su anterior trabajo. Ojalá esté en el palmarés.
Más tarde se proyectó el debut tras las cámaras de Viggo Mortensen, ‘Falling’, que además ha acudido al festival de San Sebastián a recoger el Premio Donostia a toda su carrera.
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‘Falling’ sigue la vida de John, que decide traer a su padre a su hogar con su familia para que viva la jubilación. Pronto descubriremos que la vida entre padre e hijo nunca fue fácil.
En ‘Falling’ encontramos un tema recurrente de este año en el Zinemaldia que es la demencia y cómo nuestros mayores se van perdiendo poco a poco en un camino oscuro donde olvidan quienes son. En este caso, Willis, el padre de Viggo Mortensen, siempre tuvo una relación complicada con sus hijos y su mujer, y a través de flashbacks vamos conociendo la realidad de esa familia.
La película muestra a brochazos la relación familiar y no se para a reflexionar o contar algo más allá o incluso más importante. El personaje de John es homosexual, y aunque en el presente sabemos que Willis es homófobo, en el pasado nunca vemos una conversación o una confrontación con ese tema (lo cual es extraño). John tiene una hermana, y aunque en el presente tenga problemas con su padre, tampoco vemos que le afecte especialmente su relación en el pasado.
Al final ‘Falling’ pretende mostrar la relación entre un padre y un hijo, pero sin indagar en el tema, sin realmente llegar a algo; es un retrato a mano alzada sin profundizar en los personajes y con un padre absolutamente antipático que te expulsa de la historia todo el rato. Buen debut para Viggo Mortensen, pero película floja.
Para terminar el festival ha llegado la película de clausura, ‘El olvido que seremos’, de Fernando Trueba y que también venía abalada con el sello Cannes 2020.
‘El olvido que seremos’ cuenta la historia de Héctor Abad Gómez, un doctor y activista de los derechos humanos en la Colombia de los años 70.
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La película de Trueba trata la historia de una familia y sobre todo la relación de un padre con su hijo menor, y en esta ocasión mucho mejor contada que en ‘Falling’. Aquí la película va a dos tiempos: el presente y el pasado.
En el pasado conocemos a todos los miembros de la familia y al doctor, que interpreta un carismático y absolutamente arrebatador Javier Cámara, que va criando y educando a sus hijos, pero sobre todo poniendo especial atención en el pequeño de la casa. A medida que crecen se van introduciendo temas mucho más oscuros, pero pese al clasicismo de la película, la película no pierde al doctor y al hijo de su punto de vista, y siempre hay un atisbo de luz.
En el presente conocemos la faceta más política de los protagonistas, y una vez el niño es adulto, la confrontación con su padre por estos temas será más evidente. El espectador querrá a esa familia y la vida en esa casa, y pese a un desenlace dramático bastante exagerado, lo cierto es que funciona y al salir del cine queda un buen sabor de boca. Muy recomendable.
Con esto llega el final del Festival de San Sebastián 2020, una edición extraña, con menos gente, con muchas medidas de seguridad y sanitarias pero que ha funcionado como un reloj y con una de las mejores Selecciones Oficiales de los últimos años.
