Hay muchos tipos de seguros. Desde aquellos que cubren los coches en casos de accidente a otros que aseguran tus pertenencias en caso de robo. Son cientos los tipos de seguros que podemos encontrar en el mercado, y los de hogar son uno de los más comunes.
Los Seguros de hogar son aquellos contratos que aseguran, en cierto modo, la protección de una vivienda. Cuando o bien las casas, o todo aquello que se encuentra en su interior sufren algún daño, el seguro se encarga de cubrir esos gastos.
Estos, además, no cubren únicamente los daños causados en nuestra propia vivienda, sino que alcanza a los desperfectos que se puedan generar en las viviendas colindantes. En las casas es habitual tener problemas con las tuberías y ocasionarles daños a vecinos. Con un seguro de hogar contratado esas averías no tienen por qué suponer un gran gasto, ya que este será el encargado de cubrir todos los costes.
Antes de contratar un seguro hay que saber los elementos que cubre. Las más relevantes son el contenido y el continente. Este hace referencia a todo lo que forma parte de la casa, ya sean puertas, ventanas, instalación del agua, etc. Mientras que, el contenido, se refiere a aquellas cosas materiales que podemos encontrar en el domicilio, como la ropa o los muebles. Es importante tener esto en cuenta ya que cuando se lleva a cabo la contratación de un seguro hay que saber que este cubre únicamente aquellas cosas que previamente se hayan contratado. Así, si solo contratamos los aspectos relacionados con el mencionado “continente”, el seguro no cubriría los gastos derivados del contenido.
Beneficios de contratar un seguro de hogar
El principal beneficio de este, al igual que de otros seguros, es la seguridad que le permite tener al propietario o propietaria de una vivienda. Los dueños de una casa podrán disfrutar de una mayor tranquilidad sabiendo que su casa está cubierta ante posibles daños imprevistos. En esta misma línea hay que destacar que muchos de estos seguros incluyen los robos y fenómenos atmosféricos en sus servicios. Así, si en una casa se produjera un hurto, el seguro lo contemplaría y cubriría las pérdidas ocasionadas del suceso. De igual forma, si ocurriera algo relativo al clima que afectara a la vivienda de alguna manera, el seguro se encargaría de ello.
Otro de los principales beneficios es el ahorro que supone tener un seguro. Y es que, pese a que este tenga un coste, va a ser mucho menor que el derivado de una posible reforma en casa. Así, el tener este servicio contratado se convierte en un índice de ahorro para sus compradores.
Otro factor a tener en cuenta para contratarlo es la velocidad con la que actúa cuando algo ocurre. Si buscamos por cuenta propia a una persona para que efectúe una reparación en nuestro hogar, la ayuda se puede demorar más de lo previsto. Pero, con la contratación de este servicio, la ayuda está asegurada con la mayor rapidez.
Un beneficio que también puede ser un añadido para ciertas personas es el hecho de que estos seguros incluyen la protección no solo del hogar y de los residentes de este, sino también de las mascotas. Así, los animales pueden estar protegidos en el caso de que suceda algo imprevisto, para la tranquilidad de los dueños.
Así que, en el caso de estar replanteándote si contratar o no un seguro para tu hogar, aquí tienes algunas de las razones por las que deberías hacerlo.