En los meses de enero y febrero el Ayuntamiento de Madrid ha retirado 65.000 nidos de oruga procesionaria de parques y otros espacios verdes.
El procedimiento para acabar con esta plaga de orugas tiene cuatro fases. La primera se lleva a cabo durante el verano. De hecho, desde entonces se trabaja desde el ayuntamiento para acabar con ellas gracias a la colocación de trampas. Estas atraen a los machos y logran evitar que se sigan poniendo huevos.
Después se tratan los árboles con endoterapia para que las orugas mueran. Más tarde, se retiran los llamados “bolsones” de los árboles afectados. Se hace con tijeras de pértiga o plataformas de poda. Gracias a ellas se logra eliminar a las orugas con una efectividad mucho mayor. La fase final se lleva a cabo con la instalación de anillos perimetrales que rodeen los troncos de los árboles para que las orugas no puedan bajar de estos.
Estas conocidas como orugas procesionarias no solo pueden causar daños a los niños, sino también a los animales. Por ello, el Ayuntamiento ha estado trabajando desde el verano para erradicarlas de las zonas verdes y parques.
El Ayuntamiento, además, ha hecho recomendaciones a los ciudadanos, advirtiéndoles que deben evitar tocar a estos animales debido a las lesiones que se pueden producir en ojos, piel y mucosas. Aquellos que encuentren estas orugas deben mantener la distancia y acercarse a servicios municipales o solicitar ayuda a través del teléfono gratuito 010.