El Papa Francisco ha cerrado la puerta a la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados. También rechaza la posibilidad de que las mujeres puedan ejercer de diaconisias.
El Papa ha rechazado la petición que aprobaron los obispos de las regiones amazónicas el pasado mes de octubre. En ella se hablaba de la posibilidad de que los hombres casados pudiesen ser ordenados sacerdotes y ejercer como tal.
Lo ha hecho hoy a través del documento «Querida Amazonia» donde también ha rechazado que las mujeres puedan llegar a ser diaconisias. A pesar de ello, ha reconocido que las mujeres deben tener mayores funciones dentro de la Iglesia de la región amazónica.
Este documento de 52 páginas y dividido en 111 puntos es la respuesta al Sínodo del Amazonia que pretendía que los hombres casados pudieran celebrar la eucaristía en los puntos más remotos y con acceso complicado de la zona. La propuesta hablaba de «hombres idóneos y reconocidos por la comunidad que tengan un diaconado fecundo y reciban una formación adecuada».
Francisco reconoce que es importante que la eucaristía llegue a estos lugares y por ello pide que se rece para que crezcan las vocaciones y se envíen más misioneros a la región. Francisco ya había adelantado a un grupo de obispos estadounidenses que aquellos que esperaran un giro histórico en esta materia iban a quedar decepcionados.
El pontífice también se opone en el documento al nombramiento de diaconisias, es decir, mujeres que pueden impartir algunos sacramentos. Justifica esta decisión en que «disminuiría el gran valor de lo que ellas ya han dado y provocaría sutilmente un empobrecimiento de su aporte indispensable». A pesar de ello, anima a «estimular el surgimiento de otros servicios y carismas femeninos, que respondan a las necesidades específicas de los pueblos amazónicos en este momento», pero que no requieran la ordenación ni de mujeres ni de hombres casados.