Tras la victoria la semana pasada ante el Betis en el Estadio Benito Villamarín, el conjunto de Sergio González busca una nueva victoria en casa frente al Espanyol
Si por algo esta sorprendiendo esta Liga 2018/19 es por la igualdad, el nivel que están mostrando todos los equipos y, sobre todo, por la categoría que hay en los banquillos.
El RCD Espanyol, dirigido por Rubi llega a Zorrilla como segundo clasificado de la competición, mientras que el Real Valladolid, comandado por Sergio González, tras su última victoria, se encuentran en 6º posición. Sin duda, para el entrenador pucelano se trata de un partido muy especial, ya que en su etapa como jugador, vistió la camiseta del club «perico» durante cuatro temporadas (1997-2001) y posteriormente pasó a ser su entrenador durante la campaña 2014/2015.
La convocatoria de Sergio es la siguiente: Masip, Yoel, Moyano, Antoñito, Kiko Olivas, Joaquín, Calero, Nacho, Anuar, Alcaraz, Borja, Míchel, Leo Suárez, Toni, Verde, Ivi, Óscar Plano y Enes Ünal.
Se quedan fuera de la convocatoria Duje Cop (lesionado), Guitián, Moi, Luismi, Keko y Cotán.
Un Espanyol en auge
Tras la llegada de Rubi esta temporada al banquillo del conjunto catalán tras su ascenso con el Huesca a 1º División la temporada pasada, el conjunto blanquiazul ha iniciado un proyecto con nombres destacados como Borja Iglesias, Marc Roca o Hermoso. Sin embargo, la clave de este equipo, que actualmente se encuentra en 2º posición, más allá de los nombres propios, es el bloque que se ha formado y que está dando más de una alegría a sus aficionados.
19 son los futbolistas que se llevará Rubi a Zorrilla: Roberto, Víctor S., O. Duarte, Borja Iglesias, Sergio García, Sergi Darder, Leo Baptistao, Dídac, Diego López, Melendo, David López, Javi López, Hernán Pérez, Álex López, Pablo Piatti, Marc Roca, Mario Hermoso y Granero.
Sin duda, uno de los recuerdos, para una afición más bonito que para la otra, que permanece grabado en la memoria de ambas aficiones es el gol que marcó Joseba Llorente, delantero del Real Valladolid, en 2007 y que se convirtió en el gol más rápido de la Liga (7 segundos)