Quim Torra, president de la Generalitat, la ha definido como «una buena noticia».
Los partidos de JxCat, la CUP y ERC celebran una buena nueva acerca de la posible extradición de Carles Puigdemont a España. Los magistrados alemanes rechazan aplicársela por rebelión aunque sí por malversación. De este modo, el expresident se libra de la mayor de las penas que cumplen el resto de dirigentes catalanes presos en España.
Esta mañana los jueces tomaron la decisión. Argumentan que el sector independentista «no alcanzó la magnitud de la violencia necesaria». Se posicionan contra el argumentario de Pablo Llarena, partidario de juzgarle por rebelión. Así, realizaron una comparación con su propia legislación. Creen que Puigdemont no incitó a la violencia y que su motivación era celebrar el referéndum.
Por ello, informan que «las acusaciones […] no son equivalentes al delito de alta traición y la perturbación del orden público«. El tribunal también descarta llevarle a prisión ya que, piensan, no existe riesgo de fuga. Además, cree que no sufrirá persecución política en su regreso al país. Por esta razón apoya su entrega a las autoridades españolas. La justicia alemana adopta, de esta forma, una posición neutral.
En esta línea, la malversación supone un delito castigado con hasta 12 años de prisión. Puigdemont cumpliría como máximo ocho años de pena. Una pena menor frente a los 15 y 30 años impuestos para el resto de exconsellers, por sedición y rebelión.
Puigdemont espera a que la Fiscalía General alemana apruebe su extradición este jueves. Sin embargo, la decisión es volátil. Su defensa recurrirá la sentencia así como la pena por malversación. Gonzalo Boye, miembro de la defensa del expresident, habla de «un primer paso de cara a impedir la entrega y, sin duda, una demostración de lo acertado que fue trasladar el debate jurídico a Europa». Que en España se le juzgue por un delito u otro, sólo depende de dicha fiscalía.