A lo largo de la historia, pocas han sido las mujeres reconocidas por algún mérito propio. Este no es el caso de Marie Curie, una mujer que peleó toda su vida para poder dedicarse a su verdadera pasión, la ciencia.
Nació en Polonia en una familia de clase baja. Desde bien pequeña ya demostraba su pasión y fascinación por la ciencia. Su padre, profesor de física, la animó a estudiar a pesar de las prohibiciones y los estigmas sociales de la época. Al ser la hija más joven, el dinero para cursar estudios superiores fue a parar a su hermana, pero el destino quiso que ella se casara antes de entrar a la universidad. Por ello, Marie pudo viajar hasta París y allí estudiar Física y Matemáticas.
Desde ese momento, Marie Curie destacó como una mujer extraordinariamente inteligente. Completó sus estudios en 1893 yendo un paso más allá, terminó la primera de su promoción. A pesar de los tiempos tan difíciles que corrían para las mujeres de la época, lo logró. Ese mismo año solo se graduaron dos mujeres en toda la Sorbona.
Poco después de graduarse conoció al que sería su futuro marido, Pierre Curie, profesor de Física y director del laboratorio de la Escuela de Física y Química Industrial de París. La pareja se casó en 1895 y compaginaban sus investigaciones con el cuidado de sus hijas, Iréne y Eve.
Para su doctorado, Marie Curie decidió investigar la radiación espontánea del uranio y profundizar en los trabajos previos de Henri Becquerel. Su marido acabaría por dejar las investigaciones que estaba realizando en el campo del magnetismo para ayudarla y juntos extraerían dos nuevos elementos radiactivos a partir del óxido de uranio, el polonio (en honor a Polonia) y el radio.
En 1903, la Academia Sueca decidió entregar el Premio Nobel de Física a Marie y Pierre Curie y a Henri Becquerel por los avances que habían conseguido en cuanto a la radioactividad y los fenómenos radioactivos. Es así, como Marie Curie se convirtió en la primera mujer en recibir este prestigioso galardón.
Tras el galardón. la pareja siguió con la docencia aunque Marie Curie por ser mujer tuvo que trabajar en instituciones menores a las afueras de París. Su marido Pierre consiguió una cátedra en la Sorbona y fue en este momento cuando puedo comenzar a trabajar al mismo nivel que su marido. Por desgracia, su marido poco tiempo después murió en un accidente. Marie Curie, viuda con 38 años, continuó su trabajo en solitario.
En 1906 se convirtió en la primera mujer en dar clases en la Sorbona y dos años después, en 1908, volvió a ser pionera al convertirse en la primera mujer en obtener una cátedra y en ejercer como jefa de laboratorio en esa misma institución. También fue nombrada directora del Instituto del Radio de París. En 1911 recibió su segundo Nobel, esta vez en el campo de la Química.
Debido a su exposición constante a elementos radioactivos y sin protección alguna provocaron a Marie una anemia aplásica, lo que ocasionó su muerte en 1934. Pero para entonces, ya era reconocida como una profesional de prestigio internacional. No solo consiguió enormes avances científicos sino que además, demostró que las mujeres podían y debían hacerse un hueco en el mundo.