No hay salud sin salud mental

La importancia de una correcta salud mental, el gran tabú de una sociedad que está viendo triplicados los casos de trastornos mentales desde la llegada de la pandemia.

La actriz Verónica Forqué se ha quitado la vida a sus 66 años en su casa de Madrid. La ganadora de cuatro premios Goya no se encontraba en su mejor momento y así lo hizo ver públicamente en su última aparición en televisión, concretamente en el programa MasterChef, donde mostró que su estado anímico no era el adecuado. “Necesito parar”, “No puedo más”… La actriz dejaba ver que el concurso y la tensión que conllevaba, podían con ella. Y es que no era la primera vez en la que Verónica Forqué pasaba por un mal momento en relación a su salud mental, en otra ocasión ya hablaba sobre las consecuencias que provoca esta enfermedad y cómo la gestionó por aquel entonces: “Tienes que disimular porque te da tanta vergüenza que la gente te lo note…”, “No se lo contaba a nadie, lo empecé a contar cuando ya me encontraba bien”

¿Por qué ese tabú y silencio en relación a un estado que sufren 450 millones de personas en todo el mundo? Según datos de la Confederación de la Salud Mental en España, el 6,7% de la población española sufre depresión y más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesita tratamiento, no lo recibe. El suicidio de la actriz ha traído consigo un nuevo debate en torno a la visibilidad de la importancia que tiene la salud mental, al igual que la física, y el elevado índice de suicidios en España, lo que está contribuyendo a su normalización. 800.000 personas se quitan la vida cada año, llegando incluso a ser la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, siendo 2020 el año en el que más personas acabaron con sus vidas en España.

¿Es necesario que surjan casos públicos para que se genere el debate acerca de esta pandemia silenciosa? Es posible que dentro de unas semanas este tema haya desaparecido de la esfera noticiosa que genera el debate social, al igual que ocurrió con el conocido caso de la gimnasta estadounidense Simone Biles, quien dejó atrás su competición en los Juegos Olímpicos por cuidar su salud mental, sin embargo el problema persistirá. Hay muchas personas que conviven con un trastorno mental y no son conscientes de ello, entre ellos, la ansiedad, uno de los problemas relacionados con la salud mental más frecuentes. ¿Quién no ha sentido que la ansiedad le bloqueaba o paralizaba en su día a día? ¿Alguna vez has tomado alguna pastilla tranquilizante para poder descansar? Y con los estudios, ¿es correcto normalizar un continuo llanto y sensación de frustración constante? Cuidar del correcto funcionamiento de nuestra mente es esencial y no es egoísta renunciar a aquellas cosas o aquellas personas que no nos hacen bien.

Romper con los tabús existentes en relación al suicidio significará romper barreras y contribuir a su prevención. Ese sufrimiento tiene una salida y el mayor paso comienza en exteriorizar el conflicto interno. En este punto se encuentra el tabú relacionado con la asistencia al psicólogo. La escasez de profesionales de la psicología no contribuye a su asistencia, ya que según datos del Instituto Nacional de Estadística, hay 0,55 psicólogos por cada mil habitantes, o lo que es lo mismo, hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, a diferencia de la media europea, situada en los 18, según recoge un informe del Defensor del Pueblo. Entre un 35 y un 50 por ciento de la población mundial no recibe ningún tratamiento psicológico. A raíz de la pandemia, las visitas a estos especialistas, ya sea de manera presencial u online, se han multiplicado en un 62 por ciento, sin embargo, en muchos de los casos, la ausencia de ayuda tiene el origen en la falta de accesibilidad por motivos económicos. La media española relativa a los precios se encuentra en 51 euros por hora de sesión, llegando a elevarse esta cifra hasta los 100 euros en algunos casos. Esta es la razón por la que muchas personas recurren a la sanidad pública para encontrar esa ayuda psicológica, encontrándose con la escasez de especialistas y largas listas de espera para conseguir una cita, dando lugar al requerimiento de fármacos que acaban tratando los síntomas pero no las causas de los problemas relacionados con la salud mental.

Un 31 por ciento de los españoles confiesan el empeoro de su salud mental tras la llegada de la crisis sanitaria. La falta de normalidad con una llegada tan repentina propició una situación traumática para la ciudadanía global y tras más de un año, la población se encuentra en una situación de incertidumbre y agotamiento mental, caracterizado por las sucesivas olas y apariciones de nuevas variantes que fomentan el pensamiento de una historia sin final. Los niños también sufren en gran manera las consecuencias de la pandemia, de hecho, se han triplicado los casos de trastorno mental en los niños de 4 a 14 años, siendo aún mayor esta cifra en hogares con bajos recursos. En el año 2020 se suicidaron 61 niños en España.

El entorno y las relaciones sociales juegan un papel fundamental en la creación de una mente sana. Observar las reacciones y comportamientos de los seres queridos puede ayudar a identificar síntomas depresivos. Afirmar que la salud mental es importante, pero hacer burla de un amigo que no se siente bien para salir de casa contribuirá a no erradicar esta pandemia silenciosa, ya que la fuerza para la lucha se encuentra en el día a día. Actualmente existen plataformas gratuitas de asistencia psicológica online mediante Apps como ‘IFeel’ u ‘Omnidoctor’ en las que profesionales pueden atender en línea a aquellas personas que lo necesiten. Además, la Junta de Andalucía cuenta con su propio teléfono para la atención psicológica, con horario de 8:00 a 00:00 horas, de lunes a domingo: 851 000 520.  

El caso de Verónica Forqué y otros casos conocidos como el suicidio del actor estadounidense Robin Williams en 2014 dejan claro que la salud mental no entiende de posición pública, edad o sexo. Hoy y siempre, sin salud mental, no hay salud.