La dirigente nacionalista Ana Pontón ha afirmado estar debatiéndose entre proseguir con su liderazgo en el BNG o retirarse definitivamente. A la espera de una decisión definitiva, rememoramos los 28 años que conforman su trayectoria hasta convertirse en una de las voces más destacadas del nacionalismo gallego.
Los inicios de una carrera política
Nacida en Sarria, Lugo, en el verano de 1977, Ana Belén Pontón pronto dirigió su interés hacia el mundo de la política. A los 16 años se inscribió en Galiza Nova, el sector juvenil del Bloque Nacionalista Gallego. Unos años más tarde, su elección de cursar Ciencias Políticas de la Administración Pública, grado del cual se graduó en la Universidad de Santiago de Compostela, evidencia que Pontón ha tenido desde siempre la cabeza puesta en política. Así, esta determinación la llevó a ser escogida como miembro de la Dirección de la organización nacionalista cuatro años consecutivos, entre el 2000 y 2004.
Primeros pasos a escala nacional
La IX Asamblea Nacional del BNG, celebrada en 2004, supuso el punto de partida de la trayectoria de Pontón dentro del partido. En esta reunión, la joven de 27 años fue elegida como miembro del Consejo Nacional como portavoz de juventud, medio ambiente e igualdad de género. Si bien en las elecciones autonómicas de 2005, el Bloque Nacionalista Gallego experimentó una pérdida considerable de escaños, el también acusado retroceso por parte del PP en la comunidad le permitió a la organización entrar en el gobierno mediante una coalición con el Partido Socialista. De este modo, Pontón se convirtió en diputada y presidenta de la Comisión de Agricultura.
No obstante, el partido terminó su experiencia en el gobierno, marcada por duras críticas y escándalos, cuando el PP obtuvo la mayoría absoluta en las autonómicas de 2009. Este fue el peor resultado que la organización había registrado desde 1989, y ya eran muchos los que vaticinaban que el nacionalismo estaba en declive. Quince días después de conocerse los resultados, el líder Anxo Quintana presentó la dimisión, desencadenando un proceso de elección de un nuevo candidato no exento de confrontaciones internas.
En 2012, a las puertas de la XII Asamblea, el nombre de Ana Pontón figuró en las listas de Máis Galiza al ejercer como portavoz en el Parlamento , pero tras las elecciones la relevó en este puesto Francisco Jorquera, el cabeza de lista.
El nuevo impulso del nacionalismo
Los malos resultados electorales de 2016 provocaron, una vez más, la dimisión de miembros del BNG. En este caso, su portavoz Xavier Vence se negó a repetir como portavoz nacional del grupo político. Se abrió una vacante para reemplazarle y Ana Pontón, por aquel entonces de 39 años, postuló para cubrirla. En esta decimoquinta Asamblea, la gallega fue nombrada portavoz nacional y candidata a las elecciones.
Dado el historial de los últimos años, marcado por la pérdida de votantes y los sesgos internos, no eran muchos los que apostasen porque la candidata superase la difícil coyuntura y lograse mejorar los resultados. Sin embargo, las elecciones del 25 de septiembre de 2016 otorgaron al Bloque 6 escaños en el Parlamento Gallego frente a los 2 que predecía el sondeo de La Voz de Galicia.
El BNG, ahora segunda fuerza política
Tras la impresionante victoria de la candidata, que había logrado devolver la esperanza a los gallegos de tendencia independentista, los miembros del partido no dudaron en volver a elegirla como portavoz nacional otro año consecutivo. Es más, se trató de una decisión prácticamente unánime, contando con más del 98% de los votos a su favor.
La confirmación de que había sido una decisión acertada llegaron en 2020 cuando Pontón logró llevar al Bloque Nacionalista Gallego a lo más alto de la escala política con un inusitado aumento de los votantes. La organización consiguió adelantar al PSdeG por 5 escaños, algo que no sucedía en años, convirtiéndose así en la principal fuerza opositora al partido de Núñez Feijóo.
El futuro, aún por determinar
Ana Pontón ha demostrado, a lo largo de su escalada dentro del BNG, que es plausible hacer resurgir a un partido que muchos daban por perdido a base de perseverancia y una cierta renovación. La que muchos señalan como «la esperanza de Galicia» ha tomado una serie de medidas que van desde el fin de las alianzas con otros partidos hasta el acercamiento a la población joven con el fin de romper la imagen ruralista que se le había asignado a la formación desde sus inicios que, a juzgar por los resultados, han sido las acertadas.
El BNG se plantea nuevos y ambiciosos objetivos por delante: triunfar en las elecciones para la Xunta en 2024 y conseguir su Presidencia, que lleva en manos de Feijóo cuatro convocatorias consecutivas. Sin embargo, su portavoz afirma encontrarse inmersa en un «proceso de reflexión personal» para decidir el nuevo rumbo que tomará su vida. Pontón afirmó que esta decisión será «pensando en lo mejor para el BNG y en los intereses de los gallegos y gallegas». Sea cuál sea su elección, su nombre pasará a la historia del partido por haber sacado al partido de su declive y haber devuelto la esperanza a quienes daban la batalla por perdida.
