La nueva era y la de los jóvenes. Sin quererlo o por fuerza, al ser tan radicalmente digital. Vemos cómo el fenómeno Ibai Llanos, con su carisma, valores y naturalidad es capaz de generar más audiencia que muchos programas de televisión juntos.
Creo que estamos ante muchos cambios, aunque no seamos conscientes de ello. No obstante, como siempre, y por algo son las compañías más fuertes, hay quienes ya van estudiando cómo llegar a los más jóvenes. Netflix, Burger King, Lidl, Amazon… Vemos cómo por sus redes sociales tienen una rivalidad saludable que les impulsa a interactuar entre ellos.
Solo hay que ver el cambio radical en la forma de comunicar. Valientes y directos… ¡Quien no se moja no existe! Ganan de paliza en la proximidad. La gente no se siente representada por empresas lejanas, gusta la cercanía y el sentido del humor.
Es verdad que la seriedad y el rigor de algunas marcas son imprescindibles o que realmente su mercado potencial no está ahí. Pero igualmente, seguramente de alguna manera u otra seguro que no le resta que alguien más los conozca y que sepan lo que hacen (porque las Top 10 empresas cada año varían. No hay nada seguro hoy en día). Comunicar con la máxima cercanía a las personas hará que se sientan identificadas con la marca, sea de lo que sea. La interacción con el cliente es la mejor forma de fidelizar. También es la manera de poder captar la atención de forma rápida y momentánea.
Digo revolución porque lo que está pasando en Twich lo es. De momento es un sector no enfocado a las compañías pero creo que de aquí 5 años todas las principales estarán transmitiendo en directo con ‘’seguidores’’ de la compañía viéndolo. Sin ir más lejos, Elon Musk otro gran fenómeno, no es Tesla, no es Spacex, es él. Es su persona. Sin caer en personalismos, pero los grandes cambios vienen de una visión que mueve masas.
Los liderazgos fuertes son capaces de mover montañas dentro las compañías, pero también fuera. Para que lleguen fuera, que es ahí donde quiero llegar, estamos viendo que es necesaria una revolución en la comunicación corporativa, digitalmente más cerca de las personas.
Con estas reflexiones no quiero decir que tengamos que saltar a la piscina sin ver lo que hay debajo y buscar protagonismo sin estrategia. La prudencia y el máximo rigor son compatibles con ser directo y valiente a la hora de comunicar.
Hago este análisis porque el concepto organización está cambiando (y mucho). Estos cambios conllevan que debamos poner encima de la mesa algo tan transversal como la comunicación: Por y para las personas. Constancia, interacción y mensajes que identifiquen al usuario. En conclusión, gana cercanía y prestigio con sólo un tuit.
Tomàs Güell, emprendedor. Graduado en Psicología del negocio.
