El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, se atrinchera en el centro. Insiste en que «no es cuestión de bandos ni ideologías», sin embargo, se cierra a un pacto con Gabilondo. Se muestra intranquilo, con continuos movimientos de manos y pasos en el sitio, que acompaña con risas nerviosas. Sus intervenciones han estado lejos de ser determinantes para el desarrollo del debate, a pesar de las numerosas alusiones a su persona, por haber sido el socio del Ejecutivo en la Comunidad de Madrid.
Bal ha querido distanciarse de la polarización y el enfrentamiento que está protagonizando la campaña electoral. Al ser preguntado por el motivo que le ha impulsado a dejar el Congreso de los Diputados ha asegurado que es “un momento muy relevante de la historia de la Comunidad”. Así, ha manifestado su objetivo de ser nuevamente el socio preferente de Isabel Díaz Ayuso frente al populismo de Vox. Ha insistido en que el Gobierno de España no se va a repetir, que “Gabilondo e Iglesias no van a sumar y por ello, Gabilondo dormirá tranquilo”.
No ha querido valorar un posible gobierno en el que no entrase la formación de Pablo Iglesias. El pacto con PSOE y Más Madrid no ha sido tenido en cuenta como opción en el debate, con lo que ha consolidado su giro a la derecha. Además, ha insistido en varias ocasiones en que Gabilondo, a pesar de que abogue por lo contrario, acabará subiendo los impuestos.
Frente a los bandos, ha criticado la «politización del dolor” del resto de partidos al hablar de la pandemia y de la gestión de las vacunas. En este sentido, ha aprovechado sus intervenciones para introducir las medidas del partido en los diferentes ámbitos. Un plan de vacunación ambicioso, las 24 horas de cada día, la apuesta por la ciencia, por los jóvenes y los autónomos. Ha tratado de constituirse como la figura del consenso, de la “transición” que demandan los madrileños.
Tras el receso ha protagonizado un tenso enfrentamiento con la líder de Vox, Rocío Monasterio. Puede este haya sido el momento clave del candidato del partido naranja, que ha presentado el gobierno del éxito y del milagro frente a un supuesto gobierno de Vox que ha calificado de “disparate”. Bal, ha invitado a reflexionar de qué imagen daría este partido de cara a Europa, frente a Ciudadanos que apuesta por Europa y la ciencia. También, se ha dirigido directamente a los espectadores, para preguntarles si quieren que políticas como los derechos LGTBI o la defensa de los derechos de la mujer caigan en las manos de la formación de extrema derecha.
En el minuto que ha puesto fin a su intervención, ha tratado de reforzar su ethos como candidato, como un comprometido con el país, que ha ejercido 30 años como abogado del Estado. Ha destacado su papel en los juicios de corrupción, como la Gürtel y también su enfrentamiento con el presidente Sánchez con motivo del procès. Precisamente, esta autoridad construida entorno a la lucha contra la corrupción ha sido criticada en los últimos días, por verse como desfasada y estar fuera del debate actual.
Finalmente, ha sido significativo que el candidato de Ciudadanos no ha hecho declaraciones a los medios tras el debate, sino que ha sido el número tres de la lista, César Zafra el que ha respondido a los periodistas. Edmundo Bal abandonaba el encuentro en su moto, ya sin traje, recuperando su lado más desenfadado.
