El Secretario General del Consejo del Poder Judicial se muestra preocupado por el cuestionamiento que determinados sectores del Gobierno realizan sobre las actuaciones del CGPJ y defiende que si la renovación de este órgano no se ha producido no es por una causa interna.
José Luis De Benito y de Benítez de Lugo se incorporó como letrado al Consejo General del Poder Judicial como letrado en 1990. Veintitrés años después fue nombrado vicesecretario General de este órgano y posteriormente Secretario General. Este puesto supone el colofón a toda una vida dedicada al servicio público de justicia y que en 2020, en plena Pandemia, sigue ocupando para continuar velando por el buen funcionamiento de la institución.
En esta situación de plena actualidad por una renovación del CGPJ que está en el aire y que mantiene al órgano de gobierno de los jueces en funciones desde 2018, tiene lugar la reunión. Apoyado sobre su mesa, asegura que el poder judicial sigue siendo independiente, al contrario de lo que la política y los medios señalan.
PREGUNTA. Tras dos intentos fallidos de renovar la composición del CGPJ. ¿Comparte la impresión de que el relevo llegará más pronto que tarde?
RESPUESTA. Yo creo que llegará el acuerdo, pronto eso ya es mucho decir. Lo que pasa es que los acontecimientos en política suelen borrar las agendas. Ahora estamos con el problema de la pandemia, luego tenemos una negociación de presupuestos que también se antoja complicada. Entonces, todos estos acontecimientos van dificultando la renovación. Esta anomalía institucional de encontrarnos en una situación de prórroga es una anomalía no imputable al consejo. Da la sensación de que aquí la gente está agarrada al asiento del Consejo y que no quiere salir pero esa no es la realidad.
P. ¿Qué opinión constitucional le mereció la propuesta de reforma del CGPJ?
R: Es una propuesta a la que veo serios fallos; de fondo y de forma, especialmente de forma de en el sentido de que está mal redacta desde la perspectiva jurídica-técnica. Estoy seguro que los finos juristas, como el propio ministro de justicia, no están muy satisfechos de la redacción del texto. Da la sensación de que más que un instrumento real de reforma de la ley orgánica lo que se pretendía es utilizar ese texto como baza que permita forzar una negociación y llegar a un pacto de renovación del CGPJ.
P. ¿Es acertado quitar a los jueces la instrucción de los casos y dársela a los fiscales, tal y como se está planteando?
R. No supone ningún problema; este sistema de la ley de enjuiciamiento criminal se lleva debatiendo en este país durante muchos años y de hecho ha habido dos intentos de modificación: uno cuando era ministro Caamaño y el otro cuando era ministro Gallardón y los dos en el mismo sentido, es decir, entregarle la investigación de los delitos a los fiscales y que el juez de instrucción se constituya en juez de garantías de que todas las diligencias que se van planteando estén sometidas a la garantía del poder judicial. Sería muy positivo
P. El ministro de justicia dijo que el presidente de este Consejo se estaba excediendo al realizar nombramientos estando en situación de funciones. ¿Qué valoración hace desde el CGPJ?
R. Cuando él fue vocal del consejo estuvo dos años de prórroga y durante esos dos años de prórroga se nombraron casi 40 cargos judiciales; es decir, cuando un órgano está en funciones quiere decir que hace funciones y entre las funciones más importantes que tiene este consejo es los nombramientos. Piense que ha habido plazas que han estado más de un año sin cubrir Si el consejo no hubiera nombrado, se perjudicaría directamente al servicio público. Piense que ha habido plazas que han estado más de un año sin cubrir. Además, este presidente ya en tres ocasiones ha paralizado los nombramientos en cuanto había visos de que había una negociación abierta o había próximo un acuerdo.
P. ¿Estaría a favor de que la elección de la composición del Consejo fuese a través de participación ciudadana directa?
R. Soy partidario de un sistema mixto. Los jueces elegirían a una parte de representantes y todos esos jueces electos irían a parar a una bolsa. Los partidos que representan a los ciudadanos en las Cortes Generales también habrían hecho su elección de sus candidatos e irían todos a parar a otra bolsa. De esas dos bolsas se extraería por sorteo los miembros definitivos. Así se evitaría la valoración de si detrás de los nombramientos hay intereses partidistas. Evidentemente hay jueces que tienen una mentalidad más progresista, otros más conservadores. Otro tema es que sigan al pie de la letra las consignas de un partido político. Los jueces se consideran y son independientes, no le quepa la menor duda.
P. ¿Cómo afectó que la ministra de Defensa acusase al presidente del CGPJ de filtrar la conversación con Felipe VI y causar un conflicto Gobierno-Monarquía?
R. Es inapropiado por parte de una ministra de defensa meterse en esta polémica. La ministra conoce al presidente y sabe que bajo ningún concepto a él se le pasaría por la cabeza urdir una trama para enfrentar a la monarquía con el gobierno, eso es política ficción. Yo creo que los hechos se descontrolaron de alguna manera, a partir de una llamada telefónica de su majestad el rey al presidente, que me consta que fue autorizado a trasladar a los alumnos, con lo cual todo se desarrolló en términos de pura cortesía.
P. Pablo Iglesias declaró que no concibe ser imputado por el Supremo. ¿Implican estas declaraciones un agravio a la independencia del poder judicial?
R. El señor vicepresidente del gobierno ya ha hecho varias declaraciones poniendo en duda la independencia del poder judicial. Algo totalmente incorrecto puesto que desde el CGPJ acabamos de hacer una encuesta sobre este tema y uno de los datos más significativos es que el 99% de los jueces se sienten independientes y ven a sus compañeros como independientes a la hora de dictar una resolución.
P. ¿Qué perspectiva hay acerca de la desigualdad por motivo de género, en el CGPJ ?
R. Me consta de la especial sensibilidad que ha tenido el Consejo este mandato para con las mujeres. De hecho es el mandato en el que por primera vez hay una presidenta de sala, la sala cuarta del Tribunal Supremo. Y me consta también que ha habido nombramientos de magistradas en el Tribunal Supremo en una cuantía superior. Es cierto que todavía queda mucho por hacer, pero poco a poco se va rectificando esa anomalía histórica de que siendo más mujeres que hombres, en los altos cargos discrecionales de jueces haya más hombres.
P. ¿Cómo ha cambiado el modo de impartir justicia a raíz de la pandemia de Coronavirus?
R. No ha cambiado sustancialmente salvo en aquellas cuestiones vinculadas directamente a las cuestiones referidas a la seguridad sanitaria. Desde el CGPJ hemos dictado una serie de instrucciones para adecuar la marcha de esos procedimientos a esos criterios de seguridad; por ejemplo, establecer qué tipos de actuaciones se pueden recoger por vía telemática y cuáles no. En ese sentido, hemos intentado acompasar la situación que ha impuesto la pandemia al paso a paso de la justicia.
P. ¿Dificulta esta crispación política y cuestionamiento del poder judicial el desarrollo de esta institución?
R. No, para nada. En cuanto a la marcha no porque sigue su curso propio, pues la máquina burocrática está perfectamente engrasada, salvedad hecha, naturalmente, de los desajustes que provoca la incertidumbre de la renovación.
